Nacido en Luisiana, con sus 2.03 metros de altura, Bob Love comenzó a jugar en la Southern University de Baton Rouge. Luego, empezaría su gran carrera en la NBA. Jugador completo, ético y versátil en la cancha. Una de sus habilidades más recordadas era ser ambidiestro; con una gran capacidad para lanzar con precisión tanto con la mano derecha como con la izquierda, siendo único en su época.
Su talento, su ética de trabajo y su resiliencia, lo convirtieron en uno de los mejores en la historia de su equipo y en una leyenda, no solo para el deporte. Tal es así, que muchos jugadores actuales y aficionados lo consideran una gran fuente de inspiración.
Love comenzó su carrera en la NBA tras ser seleccionado por los Cincinnati Royals en la cuarta ronda del Draft de 1965. Debutó en la liga en la temporada siguiente, y después de dos años en esa franquicia, tuvo un breve paso por Milwaukee antes de llegar a los Chicago Bulls en la temporada 1968/69.
Con los Bulls, Love rápidamente se convirtió en uno de los más importantes del equipo, destacándose durante nueve temporadas. Promedió 21.3 puntos y 6.8 rebotes por partido, fue seleccionado en tres ocasiones al Juego de Estrellas, y recibió dos distinciones en el Equipo All-NBA y tres selecciones al equipo defensivo ideal.
“Durante sus nueve notables temporadas con los Bulls, Bob fue tres veces All-Star de la NBA, un defensor tenaz y una piedra angular de nuestro equipo… Se convirtió en una figura inspiradora y un apasionado embajador comunitario de los Bulls. Estamos profundamente agradecidos por sus contribuciones y legado duraderos tanto dentro como fuera de la cancha de Chicago”; expresaron los Bulls en un comunicado.
Su última temporada en la NBA fue en 1976-77, jugando para los Bulls, los New York Knicks y los Seattle SuperSonics. Después de 11 años en la Liga, se retiró con un promedio de 17.6 puntos y 5.9 rebotes en 789 partidos jugados.
Con los Bulls, acumuló un total de 12.623 puntos, siendo el tercer máximo anotador en la historia del equipo, detrás de Scottie Pippen y Michael Jordan. En reconocimiento a su legado, los Bulls retiraron su camiseta número 10, convirtiéndolo en el segundo jugador en la historia del equipo en recibir este honor en el United Center.
Una vez retirado, se enfrentó a enormes desafíos económicos y personales. El mismo hombre que alguna vez tuvo un salario máximo en la NBA pasó a cobrar tan solo 4 dólares la hora en un empleo común. Poco después de su último juego, su esposa lo dejó, llevándose todo, explicando a través de una nota que lo dejaba por “lisiado y tartamudo”. Este devastador acontecimiento, lo hizo tocar fondo y empezar de cero.
Con un tartamudeo cada vez más severo y sin capital económico, Love comenzó a trabajar como lavaplatos y ayudante de camarero en un restaurante. Fue allí donde se encontró con John Nordstrom, ejecutivo del establecimiento, quien pagaría su terapia de lenguaje para superar la tartamudez. Dedicando años de esfuerzo, consiguió mejorar sus habilidades de comunicación.
Superar este obstáculo le permitió ocupar un puesto clave en los Chicago Bulls como director de asuntos comunitarios, realizando entre 300 y 400 discursos al año. Su enorme esfuerzo y capacidad lo convirtieron en un modelo a seguir y en un símbolo de perseverancia y resiliencia para miles de personas.
De esta forma, Love continuó su vínculo con los Bulls como embajador del equipo y se convirtió en un destacado orador motivacional para los de Chicago. Desde su lugar, pudo conectar con miles de personas en escuelas, iglesias, e incluso hospitales. Utilizó su historia de vida, con grandes altibajos, como herramienta para motivar a jóvenes y adultos en Chicago, reforzando la idea de que su figura y su impacto iban más allá del deporte. Enalteció aún más su figura, lo que se ve reflejado en el homenaje que ha recibido por parte de aquellos que tuvieron oportunidad de conocerlo y trabajar con él.
Malena Madera, 2° B, turno mañana