Gabriel Fernández estaba cumpliendo una condena de tres años de prisión por violencia de género a su ex pareja en 2016. En 2018 manifestó que se sentía mujer y pasó a llamarse Gabriela Nahir Fernández. Al año siguiente, en 2019, Gabriela fue acusada de privación ilegítima de la libertad, lesiones leves y amenazas por ataques contra otra mujer que era compañera en el pabellón y al poco tiempo salió en libertad condicional.
En 2022, otra pareja lo denunció por violencia y volvió al penal. A raíz de su nueva identidad, las autoridades de Bouwer decidieron cambiarla al pabellón femenino.
En las ultimas semanas se supo que Fernández fue acusada de violar y dejar embarazada a otra interna, lo que provocó un fallo judicial para su inminente traslado a un lugar sin contacto con otros reclusos. “Para brindar completitud a los derechos de la aquí imputada, se vulneraron o se pusieron en riesgo los derechos de 481 mujeres”, sostuvo el fallo judicial.
Además, según el informe de seguridad del servicio penitenciario, “la interna Fernández, desde su ingreso a esta unidad, se ha esgrimido como un referente negativo en el pabellón de mujeres, manifestándose como una interna intrépida y temeraria, para con el resto de sus pares“.
Donde también se detalló: “Sometía a las presas en la convivencia a través del maltrato verbal y psicológico, utilizando su condición de género ‘binario’ como amenaza imponiéndose”.
Julieta Vera 2°A Turno Tarde