Cada tercer domingo de octubre se celebra el Día de la Madre en la Argentina. Más allá de las dos miradas que conlleva dicha fecha. La visión emotiva de una fecha tan cara al argentino, donde la mamá es lo más grande que existe. También coexiste la postura fría mercantilista de que la transforma en un día para el consumo masivo de la sociedad. Años atrás, el día fue rebautizado como el “Día de la Familia”.
A diferencia de otros países, Argentina es uno de los pocos que lo celebran en esta fecha. Más de 40 países optaron por festejar el segundo domingo de mayo en consonancia al Día de la Divina Maternidad de María. En Argentina la elección se debe a la declaración del Papa Pío VI. En 1931, el Sumo Pontífice proclamó al 11 de octubre como el Día de la Divina maternidad de María, estableciendo a María como la madre de Dios. A partir de que Argentina es un pueblo fervientemente católico, lo adoptó y adaptó para el tercer domingo de octubre.
Esta celebración nació con la civilización egipcia, en donde la “Gran Madre”, conocida como Isis, era venerada. En la antigua Grecia, la Diosa Rea era proclamada como la madre de todos los Dioses del Olimpo. Ya sea en el comienzo de las civilizaciones con estos diferentes cultos, hasta los actuales almuerzos en familia con asado o pastas mediantes. El homenaje a las madres siempre estuvo presente en la sociedad de ayer y de hoy.
Carlos Guillermo Vega, 2°A TT