El Granate goleó 4 a 0 a San Lorenzo y se coronó campeón del torneo de primera división en un encuentro disputado ayer por la tarde en el estadio Monumental de Nuñez.
Veinte minutos le alcanzaron a Lanús para demostrarle a San Lorenzo, quién iba a ser el nuevo campeón. Si, veinte minutos: Los primeros del arranque del partido.
Es que los dirigidos por Gustavo Almirón salieron a disputar el encuentro como lo que era: Una final. Enchufados, concentrados y contundentes, con Martínez y Marcone, que conducían cada avance del equipo del sur. Demasiado para los de Boedo.
Y le hizo hizo precio Lanús. Vaya si le hizo precio, que durante esos veinte iniciales tuvo cuatro chances netas.
En la primera lo perdió Sand de arremetida. Luego, a los 17 minutos llegó el gol de Benítez, quien peinó en el primer palo un centro de Velazquez, tras corner corto de Almirón, el mejor de la tarde.
El propio Benítez falló el segundo y enseguida Acosta lo perdió entrando por el medio, en ambas ocasiones ante un Torrico vencido.
Por el lado del ciclón, lo contrario a su rival. De arranque pareció que los de Pablo Guede se encontraban todavía en el micro que los acercó al estadio o en el festejo anterior que los depositó en la final.
Basta con repasar que recién a los 30, Cerutti llegó a los dominios de Monetti que tapó sin problemas.
A partir de eso y hasta el final del primer capítulo, San Lorenzo insinuó algo. Muy poco para aspirar al título.
El epílogo contó con algún ida y vuelta pero fue todo de Lanús que desplegó un gran repertorio de llegadas y buen fútbol.
A los 59 minutos, Almirón definió al palo de Torrico para estampar el segundo tanto ante la mirada de sus rivales, después de un saque largo de Monetti.
Aumentó Sand a los 74, empujando a la red un centro bajo de José Luis Gómez, tras habilitación de Almirón.
A tres del final selló el cuarto Acosta quien definió abajo, luego de una falla de Angeleri.
Hacía falta una fiesta de fútbol. Y se dio ayer en un duelo que contó con todos los condimentos que pretendemos los que amamos este deporte.
Saludo entre técnicos, rivales en el campo y en las tribunas que aceptaron la derrota sin incidentes. En fin, un buen síntoma para creer que se puede disfrutar del espectáculo.
Ganó Lanús, se coronó campeón. Ganó el espectador, triunfó el fútbol. Y eso, en los tiempos que corren, no es poca cosa.
Ariel Parretta, Agustín Argota y Diego Pirpignani, 2do. A TT