En una noche que quedará grabada en la memoria de los espectadores de boxeo, Naoya Inoue demostró por qué es considerado uno de los mejores boxeadores de la historia de Japón y aspira a ser uno de los mejores de la historia. En el ring del Ariake Arena de Tokio se enfrentó al irlandés TJ Doheny en una pelea que prometía ser un desafío y terminó consolidando su dominio en la categoría de peso supergallo con un nocaut técnico en el séptimo round.
Desde el primer asalto, el titular de los cinturones CMB, AMB, FIB y OMB mostró su estilo agresivo y preciso. Su capacidad para cambiar de guardia y lanzar golpes desde ángulos inesperados lo hace extremadamente difícil de predecir, lo cual comenzó a desgastar a Doheny, quien a pesar de su valentía y resistencia, no pudo igualar el ritmo del multicampeón. Los primeros rounds fueron una demostración de control por parte de Inoues, utilizando su jab para mantener la distancia y preparar así el terreno para sus golpes al cuerpo.
La balanza se inclinó en el sexto asalto, cuando el nipón conectó una serie de golpes brutales que dejaron a Doheny visiblemente afectado. La precisión de los impactos al cuerpo fue tal que el irlandés comenzó a mostrar signos de dolor, llevando su mano a la zona afectada en varias ocasiones. “Tuvo una lesión nerviosa en la parte baja de la espalda en el sexto round, cuando fue atacado. Se lesionó los nervios y en el séptimo round empeoró”, declaró Héctor Bermúdez, su entrenador.
En el séptimo round, la presión e insistencia de Inoue se hizo insostenible para el irlandés. Con una combinación de ganchos y rectos, el japonés arrinconó a su oponente contra las cuerdas y obligó al árbitro a detener la pelea, otorgándole la victoria por nocaut técnico a Inoue. Con esta victoria retuvo sus títulos.
El promotor de Naoya, Bob Arum, expresó su satisfacción con la victoria y anticipó los próximos pasos para el campeón. “Queremos que Inoue pelee en Las Vegas el próximo año. Será una gran celebración y una oportunidad para que los aficionados estadounidenses vean de cerca a uno de los mejores boxeadores del mundo”, afirmó.
El ascenso del “Monstruo” japonés
Desde sus comienzos en Zama, Kanagawa, hasta convertirse en un campeón mundial en múltiples categorías, el camino a la gloria de Inoue es una inspiración y ejemplo de crecimiento, superación y constancia para muchos. Desde joven mostró un talento excepcional, ganando múltiples campeonatos nacionales en las categorías juveniles.
Su debut profesional fue en 2012, y demostró que no iba a ser un boxeador común. Con una victoria por nocaut técnico en el cuarto asalto, comenzó a crear su reputación como un luchador implacable y técnicamente superior. En su sexta pelea profesional, se enfrentó a Adrián Hernández por el título mundial de peso minimosca del CMB. Volvió a ganar por nocaut técnico, coronándose como campeón mundial a los 20 años. No contento con un solo título, subió de categoría a peso supermosca de la OMB y, una vez más, demostró su superioridad noqueando a Omar Narváez en el segundo asalto.
El verdadero ascenso llegó cuando decidió competir en la categoría de peso gallo en 2018. Inoue noqueó a McDonnell en el primer asalto y se consagró en una nueva categoría. Su participación en la Serie Mundial de Boxeo (WBSS) fue un momento bisagra en su carrera. En la final del torneo, se enfrentó a Nonito Donaire superando una fractura orbital para ganar por decisión unánime y llevarse el trofeo Muhammad Ali.
Con un récord impecable de 28 victorias (25 KO) y ninguna derrota, Naoya Inoue sigue escribiendo su nombre en la historia del boxeo. Su capacidad para dominar a sus oponentes lo está convirtiendo en una figura en el boxeo japonés.
Mientras los aficionados esperan su próxima pelea, Inoue continúa entrenando y perfeccionando su técnica, con la mirada puesta en el futuro y en mantener su lugar en la cima del boxeo mundial. Sin duda, su legado sigue creciendo y cada victoria es una huella más para formar parte de la historia de los más grandes boxeadores de todos los tiempos.
Leonel Ezequiel Berenguel – 2º A Turno Mañana