Luego de la revolución generada por el anuncio de los propios jugadores de la selección argentina de básquetbol sobre su partido homenaje por los 20 años de la consagrada medalla de oro obtenida en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, esta semana empezó la venta de entradas para presenciar este encuentro.
Los argentinos a través de un video armado por los jugadores, donde se iban invitando para volver a jugar, se enteraron que la gran Generación Dorada del básquetbol argentino, volvería a la cancha.
A tan solo unos días de que se conocieran las condiciones para poder comprar las entradas, se agotaron.
Fueron sólo cuatro los días en los que se terminaron de vender las localidades que estaban disponibles para este homenaje, a una generación de jugadores irrepetible para la historia del deporte, que dejó atrás en semifinales a la todopoderosa selección de Estados Unidos y venció a Italia en la final.
El partido que se realizará el 2 de noviembre, tendrá sede en el sur de la capital argentina, más específicamente en las instalaciones del Parque Roca.
Quienes participarán de este súper evento serán los ex basquetbolistas Juan Ignacio Sánchez, Emanuel Ginóbili, Alejandro Montecchia, Fabricio Oberto, Walter Herrmann, Gabriel Fernández, Hugo Sconochini, Luis Scola, Leonardo Gutiérrez, Andrés Nocioni, Carlos Delfino, Rubén Wolkowyski, más los integrantes del cuerpo técnico Rubén Magnano (entrenador), Fernando Duró, Enrique Tolcachier (asistentes), Alejandro Cassettai (jefe de equipo), Mario Mouche (preparador físico), Horacio Pila (médico), Miguel Borgatello (kinesiólogo) y Roberto Vartanian (utilero).
Desde la productora, Dale Play, adelantaron que los jugadores vivirán un día inédito con el público, al que también se sumarán “importantes figuras del deporte argentino, artistas musicales y del mundo del streaming”.
Además, en una entrevista con la agencia española EFE, el entrenador ganador del oro olímpico, Rubén Magnano, consideró que el reencuentro será “un momento sublime” y que los jugadores “son merecedores del cariño de la gente en un momento especial, estar todos juntos, no esparcidos por el mundo”.
Un 28 de agosto del 2004…
Para nada fue un camino fácil llegar a la gloria, en la fase de grupos tuvieron que mostrar su juego sólido, destacando la química y el esfuerzo colectivo del equipo. Cada jugador, desde Andrés Nocioni hasta Luis Scola, aportó su granito de arena para asegurar el paso a la siguiente ronda.
El momento decisivo llegó en las semifinales, cuando Argentina se enfrentó a Estados Unidos, el favorito de siempre en cada torneo. Con una actuación de otro planeta, el equipo argentino logró una victoria histórica, derrotando al «Dream Team» por 89-81. Esta victoria no solo sorprendió al mundo, sino que también ayudó para generar, tanto en el público como en los propios jugadores, confianza y motivación.
La final contra Italia fue el último escalón hacia el oro. Un espectáculo como ninguno, con un gran juego, tanto individual y colectivamente, como así también una defensa inmejorable, Argentina logró imponerse 84-69 en el resultado final. El sonido de la chicharra final marcó el inicio de una celebración que jamás olvidarán. Los jugadores, emocionados y con lágrimas en los ojos, se abrazaron y celebraron su hazaña histórica.
La medalla de oro fue más que un premio deportivo; es un símbolo de perseverancia, trabajo en equipo y pasión por el deporte. Miles de chicos en Argentina y en todo el mundo fueron motivados por la «Generación Dorada» para perseguir sus sueños y luchar por sus objetivos.
Como recuerdo de este gran momento, se vivirá este homenaje luego de 20 años, los jugadores participarán del partido, y luego viajarán a Mendoza como lo hacían en aquellos tiempos para compartir en equipo.
Ian Neyen Chas, 2° B, turno mañana