El miércoles pasado, la Sala I de Casación de la provincia de Buenos Aires condenó a Nicolás Pachelo a prisión perpetua por el homicidio de María Marta García Belsunce, ocurrido el 27 de octubre de 2002 en un country de Pilar.
A finales de 2022, el Tribunal Oral en lo Criminal N°4 había absuelto al ex vecino del barrio privado El Carmel. Sin embargo, los fiscales Patricio Ferrari, Andrés Quintana y Federico González apelaron su absolución y los jueces de Casación Fernando Mancini Hebeca y María Florencia Budiño revirtieron el fallo.
Pachelo fue siempre uno de los principales sospechosos del crimen. Durante el juicio, las pruebas contra él eran contundentes. Se demostró que había perpetrado varios robos en casas del country El Carmel y además se comprobó que había secuestrado al perro Tom, de Carlos Carrascosa y María Marta, exigiendo un rescate a cambio de su devolución.
El ahora condenado también había mentido al afirmar que no estaba en el country en el momento del homicidio, sino en Paseo Alcorta. Sin embargo, esta coartada fue desmentida por la acusación, que presentó imágenes de las cámaras de seguridad de El Carmel y el testimonio de tres jóvenes que lo vieron corriendo cerca de la casa donde ocurrió el brutal asesinato.
En el fallo condenatorio los magistrados sostienen que María Marta, al llegar antes de lo planeado a su domicilio, sorprendió a Pachelo en el momento del robo, entonces el asesino «le pegó golpes de puño en el rostro y en el cuerpo para luego efectuarle con el arma que portaba seis disparos, siendo éstos los que provocaron el deceso inmediato, dándose a la fuga en poder de la caja de la Asociación Amigos del Pilar, con los efectos que contenía la caja».
Tras ser condenado, desde la cárcel, Pachelo redactó una carta de dos carillas dirigida a la “sociedad argentina”, donde afirmó: “Soy, fui y seré inocente”. Hoy, la única opción que tiene es apelar esta nueva sentencia a prisión perpetua por “homicidio criminis causa agravado” ante la Corte Suprema Bonaerense.
Giannina De Luca – 2ºB Turno Mañana