El pasado 5 de mayo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) decretó oficialmente el fin de la emergencia por la pandemia de Covid-19 que afectó a cada rincón del planeta desde diciembre de 2019. Ya con la emergencia sanitaria acabada y a poco más de tres años desde que en Argentina comenzó el proceso de vacunación, el pensamiento popular confió en una desaparición prácticamente total del virus originado en la ciudad china de Wuhan.
Así lo demostró un estudio epidemiológico llamado «Actitudes y comportamientos hacia la vacunación de Covid-19«, revelado el pasado viernes, que fue realizado desde el 31 de mayo hasta el 17 de julio por medio de encuestas telefónicas en las que participaron 968 personas. El mismo dejó en evidencia que la importancia que se llevaron temas como la economía y las elecciones presidenciales, dejaron de lado la aún vigencia del Coronavirus.
Es que más allá que los casos descendieron a comparación de las épocas de aislamiento preventivo y obligatorio, el resultado que prende las alarmas entre los especialistas expresa que el 76,9% de los argentinos de más de 40 años no reciben una nueva dosis de refuerzo de la vacuna contra el Covid-19 desde hace seis meses o más. ¿Cuál es la razón? La baja percepción que hay en la sociedad acerca de un riesgo a infectarse en la actualidad. Igualmente, por el momento, más del 53% no estaría dispuesto a vacunarse nuevamente, más allá que el 42,4% confirmó haber contraído Covid al menos en una ocasión desde marzo de 2020.
A partir del estudio llevado a cabo por la Universidad Católica Argentina (UCA) y el laboratorio Raffo, dentro de ese porcentaje de adultos que no volvieron a vacunarse, el 94,9% recibió solamente la primera dosis. Pero el número baja considerablemente cuando solamente el 54,9% recibió cuatro refuerzos.
Fuera de análisis quedan las condiciones geográficas o socioeconómicas, debido que se percibe que la cantidad de pinchazos recibidos es indiferente a las condiciones de vida que presentan cada uno de los aplicantes.
No obstante, dentro de este clima de poco recibimiento de dosis, el 71% de los que no recibieron algún refuerzo creen que el resto de la sociedad tampoco se encuentra ante la necesidad de hacerlo. El 14,5% coincidió en que solamente sería necesario para el personal médico o personas de alto riesgo, por cuestiones de deber y necesidad.
Además, los resultados permitieron descubrir que las mujeres y personas mayores de 70 años tienen el doble de chances de vacunarse a comparación de hombres o un rango etario menor. En el caso de aquellos que poseen un riesgo intermedio o alto de enfermedad, triplican sus posibilidades, a diferencia del grupo de riesgo bajo.
«No se considera importante»
Dentro del sector de los no vacunados hace meses, existe un 53,2% que ya no quiere recibir más dosis, siendo las personas de 70 años o más quienes presentan el mayor grado de indecisión (34,4%). Las únicas razones por las que podrían volver a dirigirse al centro vacunatorio es a raíz de un expreso pedido del médico (78,5%), por la necesidad de tener el esquema completo para viajar al exterior (76%) o por el aumento de casos (71,2%).
Incluso, para sorpresa de los especialistas y consultores, existe un grupo del 13,2% que no le parece necesaria la vacunación y un 24% señaló que les pareció una medida importante años atrás, pero que ahora «ya no es necesario».
Además, una de las razones de este decaimiento de vacunas puede expresarse a partir que 3 de cada 10 personas demostraron estar cansadas de hablar sobre Covid-19. A esto se le suma que un 53% no logra distinguir cuando los datos que se revelan sobre el virus son falsos o verdaderos.
Igualmente, los mayores argumentos que los participantes de la encuesta brindaron acerca de su postura por no vacunarse radica en un posible temor a los efectos secundarios (87,6%), la desconfianza en la fase de producción (80,3%) o la idea que la vacuna puede causar una enfermedad grave (76%).
En cambio, aquellos pocos que aún deciden aumentar la aplicación de dosis, lo hacen motivados para proteger a familiares o cercanos (93,4%), porque dentro de su entorno todos se vacunan (89,8%) o a raíz de haber sufrido de forma grave una infección de Coronavirus pasada, con riesgo de muerte incluido (85,1%).
La recomendación del Ministerio de Salud
Actualmente, el Ministerio de Salud considera que una inyección cada seis meses le corresponde a los mayores de 60 años o a quienes integren el grupo de riesgo. En el caso de los menores de 50 que no presentan dificultades, pueden acceder a un refuerzo por año.
A pesar que este esquema también sería el que se aplica a nivel mundial, el actual motivo de discusión es si los refuerzos deben ser cada ocho meses y no cada seis, por una razón de cuándo conviene renovar los anticuerpos.
Y más allá de la posible creencia que el Covid-19 ya comenzó a extinguirse, los especialistas opinan que lo mejor es «convencer a la gente en que este tipo de vacuna debe aplicarse anualmente».
Bruno Carbajo, 2°A TT