Horas de tensión se viven en San Isidro. Más allá de que una parte del partido ubicado al norte de la Provincia de Buenos Aires se encuentra de fiesta tras la consagración del San Isidro Club (SIC) en la Primera División de rugby nacional, el caso opuesto es el que atraviesan los habitantes de la localidad de Martínez (situada dentro de San Isidro) ante el intento de llevarse adelante un proyecto edilicio con vista al río, sobre las calles Elcano y Alvear, de cara al 2024.
Bajo el nombre de Costa Town houses al río se construiría lo que sería un barrio privado de ocho unidades de 600 metros cuadrados. La idea fue aprobada por la prefactibilidad del municipio de Martínez en los últimos meses, decisión que despertó la furia de los vecinos al ponerse en juego el acceso a la costa de San Isidro y que se reduciría más de la cuenta el tamaño del lugar. El enojo los llevó al punto de comenzar a colectar firmas para detener esta idea.
«Estamos pidiendo que la costa sea abierta. No queremos que se construya mas allí, sino que queremos que sea un paseo, sea plaza libre y abierta como en Vicente López. No entiendo como esas tierras son de un privado que decide qué hacer con un espacio de todos», recriminó una de las vecinas protestantes, bajo el hashtag #CostaAbiertaSI.
El repudio de los habitantes fue tan grande que llegó a oídos de Gustavo Posse, intendente del partido de San Isidro, quien al respecto expresó su apoyo a los vecinos: «Para que San Isidro siga siendo sustentable, tomé la decisión de suspender la posibilidad de construir viviendas en lotes privados sobre nuestra costa natural. Para ello, envié el decreto respectivo al Concejo Deliberante para su convalidación«.
Para que San Isidro siga siendo sustentable, tomé la decisión de suspender la posibilidad de construir viviendas en lotes privados sobre nuestra costa natural. Para ello, envié el decreto respectivo al Concejo Deliberante para su convalidación.
Es mi deseo y el del espacio que…
— Gustavo Posse (@gustavoposse) October 4, 2023
Sin embargo, al tratarse de un proyecto de carácter privado creado por una inmobiliaria, la única forma de que se detenga la edificación es que tanto las empresas que impulsan la idea como el sector público lleguen a un acuerdo que permita ponerle punto final a la situación. No obstante, el panorama no parece fácil ya que desde la municipalidad reafirman que el permiso fue otorgado debido que en ningún momento se infringen las condiciones urbanísticas, ambientales y administrativas.
En un plazo de 180 días se conocerá la decisión definitiva, tanto a favor como en contra, que el proyecto recibirá. Mientras tanto, los vecinos planean continuar con su ardua batalla a favor del espacio público de la costa de San Isidro.
Bruno Carbajo – 2°A TT