Nada menos que un superclásico fue lo último que disputó Diego Maradona como jugador. El Monumental fue el escenario de lo que sería la despedida del futbolista que marcó una época para el fútbol argentino. Esa tarde, Pelusa fue capitán en la victoria del Xeneize ante el Millonario por 2 a 1 con goles de Julio Toresani y Martín Palermo, para dar vuelta la ventaja que tenía el equipo local con un tanto de Sergio Berti. Todo comenzaría con una recordada arenga del Diez en la manga previo al ingreso al terreno de juego: “Muchachos, yo no sé ustedes… Pero a mí, para sacarme los puntos estos hijos de p… me van a tener que matar. Me van a tener que sacar la vida… ¿Entendieron lo que les digo? Vamos a poner los huevos carajo ¡Vamos!»
Maradona estuvo solamente 45 minutos dentro del campo de juego, ya que en el entretiempo entró al vestuario y le confesó a sus compañeros que no podía más, que no le respondían las piernas. Fue así que Héctor Veira, director técnico de Boca, decidió reemplazarlo, y quién ingresó en su lugar fue un tal Juan Román Riquelme, que estaba dando sus primeros pasos con la casaca azul y oro. Una vez finalizado el encuentro, Diego soltó otra de sus frases que quedó en la historia. “Boca jugó a lo Boca y River jugó a lo River. Ellos hicieron un gran primer tiempo, pero en el segundo se les cayó la bombacha”, aseguró.
Cinco días después, el 30 de octubre y mientras cumplía 37 años, Pelusa dio a conocer la noticia de que colgaría los botines. “Con todo el dolor del alma ha llegado el momento de anunciar mi retiro. Se terminó el jugador de fútbol. Nadie está más triste que yo. Mi papá se fue llorando de mi casa y yo le prometí que cuando pasara una cosa así, largaba todo. Este retiro es definitivo, me lo pidió mi viejo llorando. No puede ser que mi familia sufra tanto con cada control antidoping, que la ola de rumores nos envuelva”, expresó.
Santiago Villagra, 2do B TT