Faltan menos de dos semanas para que se juegue la final de la Copa Libertadores 2023 entre Boca Juniors y Fluminense, en Río de Janeiro -precisamente el sábado 4 de noviembre, a partir de las 17-. El encuentro será en el Estadio de Maracaná y fue designado como árbitro, el colombiano, Wilmar Roldán.
De cara a la definición del certamen, el equipo carioca mostró una cara distinta, en relación a la liga local en donde no está realizando una buena actuación. En la Libertadores, dejó en el camino: en octavos de final, a Argentinos Juniors; en cuartos a Olimpia y en semis a Internacional de Porto Alegre -la serie más deslucida fue la de octavos ante el Bicho de la paternal-.
Volviendo al ámbito local, en el Brasileirao se encuentra en la novena posición con 42 puntos y en zona de clasificación a Copa Sudamericana -a 16 unidades del líder Botafogo-, tras 28 fechas de las cuales ganó 12, empató 6 y perdió 10 (50% de efectividad en el torneo).
Como local jugó 15 encuentros (10 triunfos, 4 igualdades y 1 caída -ante Botafogo-) donde obtuvo el 75.55% de los puntos y en condición de visitante, disputó 13 partidos: 2 victorias, 2 empates y 9 derrotas (20.51% de efectividad).
La floja campaña como visitante hace que Fluminense esté muy lejos de pelear por el campeonato; sin embargo, está a solo dos unidades de entrar en zona de puestos de Copa Libertadores (Athletico Paranaense ocupa la última plaza con 44 puntos, en la sexta posición -misma cantidad que Gremio- y le quedó un partido pendiente ya que debe continuar el juego ante Botafogo, correspondiente a la fecha 28).
A 10 días de la final contra Boca, a Fluminense todavía le quedan 3 partidos por disputar: el miércoles 25 de octubre recibe al Goiás, desde las 19 horas -conjunto que está tan solo 1 unidad por arriba de la zona de descenso con 31 puntos- (América MG, Coritiba, Santos y Vasco da Gama están perdiendo la categoría); el sábado 28 de octubre visita a Atlético Mineiro a las 20, y el martes 31, a 4 días de definir la Copa Libertadores, visita a Bahía a las 6 de la tarde.
El conjunto de Diniz no puede descuidar el campeonato, ya que en caso de perder puntos y en una hipotética derrota en la final ante el club argentino, podría no jugar la próxima edición del torneo más prestigioso del continente. Se vienen semanas determinantes en las aspiraciones del equipo brasileño, quien no ganó nunca la Copa Libertadores -perdió la final ante Liga de Quito por penales, en la edición 2008- y ahora sentirá más presión debido a que el cotejo tendrá lugar en su cancha.
Alan Gómez Kerekes 2ºB T.T