Era una tarde-noche en un Monumental ansioso y con la incertidumbre acerca de si la selección de Diego Armando Maradona sería capaz de sacar un boleto hacia el Mundial de Sudáfrica 2010. Argentina necesitaba vencer en la anteúltima fecha a Perú para no llegar comprometida al último duelo contra Uruguay y poder depender de sí misma para ganarse un lugar en la máxima cita del deporte.
El conjunto local lideraba el marcador desde el minuto 47 con un tanto de Gonzalo Higuaín, pero a pesar de eso el juego no gustaba y había preocupación en las tribunas. Los insultos bajaban para un equipo que no tuvo un buen desempeño, y todo fue peor cuando sobre la hora llegó el empate de Hernán Rengifo. Era el minuto 90 bajo una lluvia que se había desatado y que generaba en la Albiceleste una sensación de derrota en el campo, pero fue esa misma lluvia testigo del milagro que se dio a continuación.
Martín Palermo había ingresado en el complemento buscando no solo ayudar a su equipo, sino también su tan ansiada revancha en la selección, ya que hacía diez años que no era convocado. A partir de un tiro de esquina al minuto 92 nació la jugada que culminó con El Loco empujando el balón hacia la red tras un remate de Federico Insúa. Un tanto bien agónico, que hizo que el Monumental entero grite por el 9 de Boca.
El último recuerdo de Palermo con la celeste y blanca se remontaba al día que erró tres penales en un mismo encuentro, pero ahora se lo recuerda como el héroe que le dio a Argentina el envión para clasificarse al Mundial de Sudáfrica 2010. Un capítulo más de la emocionante trayectoria del Titán.
Santiago Villagra, 2do. B TT