El lunes 4 de septiembre arrancó la decimoquinta edición del «Bailando por un sueño» en América TV, con la conducción de Marcelo Tinelli. El rating en el debut fue de 13,3 puntos, pero si tomamos en cuenta que ya el día viernes fue de 8,5 la caída de casi 5 dígitos muestra la situación actual de un formato que año a año es igual, que a principios de los 2000 era novedoso, al igual que las personas que lo integraban, pero que con el paso del tiempo empezó a dejar de causar interés en la gente. A esto se le suma la presencia de participantes más desconocidos que en un principio, y la falta de invitados internacionales que antes solía haber, como por ejemplo la visita de Ronaldinho, Mike Tyson, entre otros. Lejos quedaron las épocas de entretenimiento, por ejemplo en el año 2009, cuando alcanzó su mayor medición de rating con la impresionante cifra de 41,5.
Además, esta caída se debe a que con el avance de la tecnología y las plataformas, a nivel general el público elige consumir otro tipo de contenido, y más en este caso en el que parece ser que «Showmatch» siempre es lo mismo. Por su parte, la figura de Marcelo Tinelli se fue deteriorando en el último tiempo, fundamentalmente con su fallida participación política y deportiva, y su permanente intento por ganar audiencia aprovechando las tendencias (como el stream que transmite en paralelo al programa, algo muy de moda actualmente). Posiblemente, hoy su imagen no influya tan positivamente y su figura ya no sea tan convocante y colabore para que el programa, entre otras razones, se encuentre en caída libre y con pocas posibilidades de revertir esta situación, a la que el oriundo de Bolívar se viene acostumbrando desde hace unos años.
Lucas Levy