Cuando era chico, Cristian Ledesma aguantó las privaciones y las circunstancias que implicaba vivir en un barrio bajo. La vida que llevaba no le permitía seguir en el boxeo, ya que no se alimentaba bien y vivía en la calle. Eso fue lo que lo motivó a pensar que si algún día era alguien en el deporte, iba a apoyar a los jóvenes con necesidades. Hace varios meses, y con el objetivo marcado, el boxeador abrió el merendero Yo tengo identidad, que asiste a “los pibes” para que no sufran lo mismo que él.
“Los chicos del barrio de Villa Angélica se juntaban en la esquina de casa para ver
boxeo. Entonces un día le dije a mi mujer que comprara chocolatada y de la nada surgió lo que hoy es una copa de leche y un comedor. Los chicos comenzaron a acercarse y al ver el boxeo comenzaron a sumarse. Antes de estar en la calle… Les dije que después de la copa de leche se entrenaran. Y eso los motiva, hoy están ahí adentro”, comentó Ledesma.
El boxeador apunta al merendero como un lugar de contención para los jóvenes, más allá del entrenamiento. Se les brinda una clínica de boxeo una vez por semana y se invita a gente de la iglesia para hablarles a los chicos e integrarlos. “El merendero se llama Yo tengo identidad porque es lo que uno tiene como ser humano. Todos tenemos nuestra identidad. Esa identidad se da cuando llega el sábado y comemos todos”, explicó.
Al merendero se presentan alrededor de 20 chicos los lunes, miércoles y viernes de 17.30 a 18.30 y los sábados hacen comedor. Los recursos para sostenerlo salen de los sponsors: Ledesma lleva las publicidades en su ropa de boxeo y esa plata, que antes iba para él, es trasladada al merendero. Sus sponsors son Supercam, Pasta Tutti, Cochería Néspola, Agencia el 25 y Bross Varela.
A través del deporte y el trabajo social, Ledesma consiguió el respeto y afecto de los chicos del barrio. “Yo quiero que el día de mañana el merendero sea un faro en medio de la oscuridad, por lo que estamos viviendo. Yo quiero que la gente encuentre una luz. Que los chicos, más allá del merendero, tengan el deporte para sentirse refugiados”.
La próxima meta del boxeador de Florencio Varela es agrandar el gimnasio ubicado en la esquina de Pilar y Simón Bolívar y además, encontrarle un padrino al comedor, ya que todo se hace a pulmón, y necesita una ayuda.
Camila Suárez