Crimen de Lucas González: un policía rompió el silencio y dijo quién plantó el arma en el auto del joven asesinado

Uno de los once policías imputados confesó que vio cómo Gabriel Issasi alteró la escena del asesinato del futbolista.

Giro en la causa por el crimen Lucas González

 

Lucas González tenía 17 años cuando fue acribillado y asesinado por policías de la Ciudad de Buenos Aires el 17 de noviembre de 2021. Recién el jueves 1 de junio de este año Héctor Claudio Cuevas, de 41 años, rompió el silencio ante el Tribunal Oral en lo Criminal 25  y acusó al oficial Gabriel Alejandro Issasi de plantar el arma que se encontró en la parte trasera del auto de la víctima tras llegar a la escena junto a un oficial de apellido “Torres” en una moto y vestido de civil.

Según Cuevas, Issasi “tira el arma” dentro del vehículo por orden de Roberto Orlando Inca, quien le habría dicho “andá a tirar eso ahí”. “Es mi deber decir qué vi ese día, si no lo hice antes es porque tengo pánico, tengo miedo, de qué les puede llegar a pasar a mi familia, a mis hijos, después de que declare. No se trató de un solo loquito disparando, hay un trasfondo acá”, expuso Cuevas antes de la declaración que le daría un giro a otro caso de gatillo fácil en Argentina.

Y continuó: “Vi a Lucas muy malherido, mucha sangre. Vi unas mochilas, me asomo a la parte de atrás y no había armas, ningún tipo de armas, ni de fuego ni de juguete, no la vi”.

Gregorio Dalbón, abogado de la familia González, espera que los culpables del crimen sean condenados también por odio racial, y según Héctor González, padre del futbolista juvenil de Barracas Central, a su hijo “lo condenaron a muerte por ser negro”.

Julián Salas, uno de los que estaba en el auto con Lucas y Joaquín Zuñiga, contó que los policías los arrojaron al suelo para preguntarles de dónde eran tanto él como Joaquín, y luego de responder que sus domicilios eran en Florencio Varela y Quilmes, uno de los policías exclamó “a estos villeritos hay que darles un tiro en la cabeza a cada uno”.

El auto en el que persiguieron a Lucas, Joaquín y Julián no poseía ni baliza ni identificación policial. Dalbón alega que se trata de un crimen racial, que fueron atacados y se cometió un homicidio por puro placer, y que de ser hallados culpables los imputados, deberían ser condenados a cadena perpetua.

 

Gabriel Guiguez – 2ºB Turno mañana