Un grupo de investigación llamado Eslabón Perdido, liderado por el periodista e investigador Abel Basti, llevó a cabo una búsqueda alrededor de un año y en marzo del corriente año denunció ante la Prefectura Naval el hallazgo: este equipo encontró a casi 30 metros de profundidad en la costa de Quequén lo que podría ser hasta ese momento un U-Boot que utilizaban los nazis.
¿Qué es un U-Boot? Son los submarinos que utilizaron los alemanes en la Primera y Segunda Guerra Mundial. Estas naves se utilizaron de manera eficiente en una función de guerra económica y para el bloqueo naval a otros países.
La Prefectura Naval de Mar del Plata maneja la hipótesis de que este sumergible fue hundido tras provocar una explosión “no accidental” ya que pudo haber transportado a oficiales nazis de alto rango a nuestro país tras escapar al término de la Segunda Guerra Mundial. Esta máquina medía 80 metros de largo por 10 de ancho.
El equipo que trabajó en el hallazgo insistirá para que las piezas sean extraídas del lugar. “Se cuenta con la tecnología apropiada para hacerlo, la tiene Prefectura Naval Argentina, y nuestra recomendación es en principio extraer el telescopio de ataque”, le explicó Abel Basti al diario Clarín.
La Liga Navale Italiana determinó que la embarcación hundida se corresponde a un submarino alemán, que fue destruido con explosivos de manera deliberada. Este descubrimiento hace que crezcan la hipótesis de que varios oficiales alemanes escaparon hacia la Argentina y fomenta la aparición de más hipótesis y teorías sobre Adolf Hitler.
El italiano Fabio Bisciotti, investigador internacional y experto en submarinos de la Segunda Guerra Mundial, fue designado por el grupo que descubrió el naufragio, como perito internacional del caso. Además, Bisciotti trabajó para el Pentágono siendo investigador de pecios militares hundidos en el Mar Mediterráneo y como perito con la Royal Navy.
Cuando realizó el peritaje de las fotos que le entregó el grupo Eslabón Perdido, pudo visualizar el periscopio del navío, conformado por un tubo que en su parte superior tiene una óptica para poder ver a largas distancias. También pudo observar una torreta submarina. “se observa un cuerpo ferroso claramente de una torreta submarina debido a algunas características como la forma distintiva atribuible a un deflector de la torreta de los U-Boot”, explica Bisciotti en su informe.
Asimismo, el experto italiano observó dos escotillas e indicó que la foto muestra su capacidad original de estanqueidad de las escotillas; esto significa que estaban hechas con un material que se caracteriza por la capacidad que tiene de que no penetren elementos externos al interior de una pieza, es decir, fluidos como agua o partículas en el aire como en el caso de los aviones.
“La foto muestra sin duda su capacidad original de estanqueidad… las escotillas de este tipo son fácilmente rastreables en cada plan de construcción de los U-Boote con respecto al abordaje personal y/o torpedos de acuerdo con la ubicación”, escribió Bisciotti en su investigación.
En su resolución, el investigador italiano determinó que el casco se encuentra semienterrado y prácticamente está totalmente destruido. Pese a la condición de la embarcación pudo identificar la subestructura de la cubierta, por lo que llegó a la conclusión de que se trata de un U-Boot alemán y como ya se dijo antes fue destruido deliberadamente.
Además del investigador italiano, participaron del peritaje los ingenieros navales Juan Martin Canevaro y Andrés Miguel Cuidet, cuyo informe concluyó que los restos del naufragio hallados en la costa argentina son compatibles con los de un submarino.
Basti se encuentra hace más de treinta años investigando sobre las huellas que dejaron los alemanes tras la Segunda Guerra Mundial, este hallazgo es considerado muy importante ya que demuestra que no solo hubo nazis en el sur del país, sino que también en gran parte del territorio argentino. Incluso, Basti participó de investigaciones en busca de más submarinos en la Patagonia.
Tomás Raggio 2A TT