El Rugby Seven hará su segunda presentación como deporte olímpico en Tokio 2020, después del gran éxito que tuvo en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en 2016.
La disciplina fue una de los primeras que estuvo incluida en el programa de los Juegos Olímpicos en la Era Moderna. Pero estuvo apenas en cuatro ediciones: debutó en los Juegos de París 1900 con la intervención de solo tres equipos: participaron Francia, Alemania y Gran Bretaña; más adelante se lo incluyó en Londres 1908, luego en los Juegos de Amberes 1920 y otra vez en París en 1924. Después el Comité Olímpico Internacional (COI) excluyó al rugby como deporte olímpico. Desde ese momento hubo numerosos intentos para incluirlo de nuevo en el programa olímpico pero terminaron siendo fallidos hasta ahora.
La asamblea del COI propuso la inclusión del rugby de siete y del golf en agosto del 2009. Luego fue ratificado el 9 de octubre del mismo año. La asamblea lo había aprobado con 81 votos a favor, 8 en contra y una abstención para que ingresen a los Juegos Olímpicos de 2016 y de 2020. Se entiende como rugby a siete, porque se juega con siete jugadores de dos tiempos de siete minutos. Se adoptó esta modalidad, porque para hacer participar al de quince jugadores se requiere como mínimo una semana de recuperación debido a la norma que rige en la International Rugby Board (IRB): dada la duración de los Juegos, se complica celebrar un torneo de estas características.
En Rio 2016, el Seven se transformó en una disciplina muy popular, asistieron muchos espectadores a los partidos, cantaban y gritaban cuando se producía un try o una conversión, los estadios que tenian capacidad para 15.000 personas, se transformaban en una olla de presión. En Brasil era una gran prueba con las estructuras de sus instalaciones debido que no es un deporte típico de ese país. En Tokio 2020 se espera que el crecimiento sea aún mucho más significativo, ya que el mismo encaja con la práctica activa en tierras asiáticas.