La gente cada vez tiene menos tiempo para dedicarles a las actividades extralaborales, como los distintos cursos disponibles, en todas las áreas. Pero la tecnología le ayuda: con aplicaciones como Skype, Facebook Live u otras, puede encontrar ese espacio.
Porque nunca alcanzan las horas del día, porque moverse por las ciudades modernas lleva mucho tiempo, mediante el mundo informático que dejó a las personas al alcance de una pantalla, porque no hay nada más confortable que aprender desde el living de casa. Con la lista de razones también crece la lista de opciones de cursos, clases y capacitaciones que se pueden tomar vía Skype.
En estos tiempos, la culpa es de las redes sociales y de la globalización, porque si desde cualquier lado se puede ver lo que hace un profesor, ¿por qué hay que ir a clases? Era algo que se veía venir en función de la practicidad: hay gente que vive muy lejos de su centro de estudio. “Había algunos colegas que ya lo estaban haciendo y, gracias a las redes sociales, hay gente que te conoce, que quiere tomar clases con vos y vive lejísimos. Para algunas cosas creo que hay importantísimas diferencias insalvables, hay algo en el trato uno a uno que es importante. Pero en los temas teóricos que doy yo, que tienen más que ver con la composición y la armonía, va”, explicó Juan Pablo Compaired, músico y compositor argentino que dicta clases desde Barcelona.
Este método no sólo se utiliza para cursos culturales o instructivos, sino también para hobbies. Dafne Schilling comparte clases abiertas de yoga en Facebook Live. “Disfruto un montón de la experiencia y es como un regalo para muchas seguidoras que tengo en otras partes del país y también en lugares como Uruguay, Perú o Paraguay. Son alrededor de 35 minutos y eso te permite completar una secuencia”, contó.
Años atrás era impensado un recurso así; se lo veía como un método poco ortodoxo, pero el avance de la tecnología condujo a que las clases a distancia tomaran más frecuencia y s volvieran algo más habitual, lo cual beneficia tanto al instructor como a los alumnos.
Lucio Castelli