Ya sobre el final del año, casi sin competencias y con vistas a lo que será la temporada 2022, se puede decir que el tenis argentino redondeó un año renovador. Quizás pudo haber sido el año de la explosión definitiva de Diego Schwartzman para afianzarse como top 10, o de Nadia Podoroska, luego de lo que fue su magnífica y sorpresiva aparición en 2020. Pero sin dudas la mejor noticia que dejó 2021 es la aparición de una camada de nuevos tenistas argentinos que lograron dar de que hablar, y que, aunque por supuesto ahora deben consolidarse –que es quizás el mayor reto– ilusionan no sólo de cara al futuro, sino también en el presente. Aquí, un repaso de estos 12 meses.
Comenzando por Schwartzman entonces, el mejor preclasificado del ranking de la ATP, en el puesto número 13. El Peque inició el año dentro del Top 10 (9°) y lo cierra cuatro escalones por debajo, pero por tercera temporada consecutiva, entre los mejores 15 del mundo. Su mejor actuación la tuvo en Roland Garros, donde con un alto nivel de juego pasó las cuatro primeras rondas sin problema. Pero Rafael Nadal, el rey del polvo de ladrillo, le puso fin a su camino en cuartos. El argentino, que jugó un partidazo, apenas logró ganarle un set (que igual no es poca cosa).
En los otros tres Grand Slam será donde le quedó la espina clavada: en ninguno pudo superar la cuarta ronda. Su revés más duro lo sufrió en la serie de Copa Davis ante Bulgaria, cayendo contra el Daniil Ostapenkov, que ni siquiera tenía ranking.
Pero en Argentina también obtuvo su mayor alegría, al quedarse con el ATP de Buenos Aires, su único título en 2021, venciendo en la final a una de las revelaciones, Francisco Cerúndolo, del que se hablará más adelante, por 6-1 y 6-2. Además, fue parte de los Juegos Olímpicos de Tokyo, donde llegó hasta octavos de final.
Treinta puestos por debajo del porteño de 29 años se encuentra Federico Delbonis. El platense tuvo un buen desempeño en arcilla, donde alcanzó los octavos de Roland Garros, uno de los tres grandes torneos que disputó. Fuera del polvo, su performance fue bastante discreta, aunque llegó a las semifinales del ATP 500 de Hamburgo. De todos modos, se mantiene otro año dentro de los mejores 50.
Por detrás suyo aparecen Federico Coria, Guido Pella y Facundo Bagnis, de temporada con aspectos en común. El primero y el tercero participaron de los Juegos Olímpicos, aunque no superaron la primera ronda. Ambos ganaron un Challenger cada uno, y participaron de tres de los cuatro Grand Slams. El zurdo Bagnis sólo jugó 23 partidos en el año. Pella por su lado tuvo una temporada complicada: sufrió Covid-19, lesiones en su cadera y rodilla, y hasta conflictos por apuestas. Reveló que en Moscú abandonó su partido de primera ronda frente al español Pedro Martínez porque se dio cuenta de que el público allí presente era en su gran mayoría gente que había apostado en su contra. Y por último, la mención a Leonardo Mayer, quien a sus 34 años decidió colgar la raqueta.
Es momento de pasar a la juventud, que trajo las mayores alegrías. En primer lugar, las dos mejores apariciones, sin dudas, Sebastián Báez y Juan Manuel Cerúndolo, ambos de 20 años. El diestro de 1.60 metro de altura se consagró en seis Challenger, siendo el más ganador de todos: Buenos Aires, Santiago, Santiago 3, Concepción, Zagreb y Campinas. Además, alcanzó otras tres finales y los octavos de Hamburgo, y se quedó en la puerta de ingresar al US Open, perdiendo en la ronda final de la Qually. Igual, tiene consuelo: entró al Top 100, sabe que terminará la temporada en el puesto 97° del ránking ATP, por lo que su lugar en el cuadro principal del Abierto de Australia ya lo tiene asegurado.
Por su lado, el zurdo fue el de mayor progresión: arrancó la temporada en el puesto 341 del ránking, y lo termina en el 89°. Y ganó los Challenger de Banja Luka (Bosnia), Como y Roma (Italia), y el ATP 250 de Córdoba. Estuvo a un set de jugar Roland Garros, pero al igual que Báez, estará en Australia. Ambos fueron parte del Next Gen, torneo que reúne a los mejores sub 21. Seba llegó a semis, mientras que Juanma perdió todos los partidos y quedó afuera en fase de grupos.
El mayor de los hermanos Cerúndolo, Francisco, de 23 años, fue el único que pudo jugar un Grand Slam: Roland Garros (perdió en primera ronda). Además, disputó los JJ. OO, ganó un Challenger, y se quedó con el primer duelo en la historia del tenis entre hermanos: venció a Juan Manuel en Campinas, Brasil, por 6-1 y 7-5. Otros a los que habrá que prestarles atención son Thiago Tirante, Pedro Cachín, Facundo Mena y Tomás Etcheverry.
En cuanto a Dobles, Horacio Zeballos cierra otro año entre los cinco mejores del mundo (5° sólo, 4° en pareja con el español Marcel Granollers). Fue campeón en los ATP 1000 de Cincinatti y Madrid, semifinalista del Torneo de Maestros, finalista de Wimbledon, y representante olímpico argentino.
En lo que respecta al tenis femenino, Nadia Podoroska no concretó el año soñado: las lesiones la tuvieron a maltraer y sólo disputó 36 partidos en la temporada. La rosarina de 24 años, que llegó a ser número 36 del ranking WTA, participó de los JJ. OO. y jugó Wimbledon y Australian Open (en ambas perdió en segunda ronda. Y Gustavo Fernández, uno de los mejores jugadores de Tenis Adaptado, no logró consagrarse en ningún Grand Slam, y alcanzó los cuartos de final en los Juegos Paralímpicos. Cierra el año en la tercera colocación del ranking.
Por Sebastian Ueberrhein