De la mano de su fundador y presidente, el magnate norteamericano Gene Haas, y del ex director de
Red Bull y Jaguar, Guenther Steiner, HAAS F1 Team intenta posicionarse ambiciosamente en la
meca del automovilismo mundial en base a su alianza estratégica con Ferrari, que le provee el motor.
Cuenta con una sede original americana en Kannapolis (USA), y con otra para la logística en Europa
(Banbury, Inglaterra), obtenida por la adquisición del equipo Marussia. El monoplaza modelo VF-16
presenta el chasis diseñado por Dallara y es piloteado por el experimentado ex Lotus, Romain Grosjean
(Francia), y el mexicano ex Sauber y suplente en Ferrari la temporada pasada, Esteban Gutiérrez. Ya
sumó puntos importantes en el campeonato.
El equipo Haas es la sensación en el arranque del Mundial 2016. El primer debutante en «puntuar»
desde Toyota en 2002 cuenta con medios importantes, entre los que se destacan su jefe millonario Gene
Haas y los capitales norteamericanos invertidos fuertemente para tener un team que represente a los
Estados Unidos tras treinta años. Varios miles de millones de dólares puestos al servicio de la tecnología
dieron lugar al desarrollo de dos monoplazas catalogados dentro de las calles de boxes como los “Ferrari
B”. El sexto puesto de Grosjean en Australia, mejorado en la siguiente cita con la quinta ubicación del galo
en Bahréin, son pequeñas muestras de una escudería que llegó para quedarse.
El surgimiento de este proyecto se basa en aprovechar cada uno de los ítems del nuevo
reglamento, que permiten comprar la mayoría de las piezas de los automóviles en vez de fabricarlas,
situación que le hubiese costado años de subdesarrollo y posibles frustraciones que, en consecuencia,
pueden llegar a debilitar a la escudería y sus dueños, causando la desaparición de la misma. Ésta última
mención es y será por largo tiempo tema de discusión, ya que los competidores de las otras escuderías
consideran que es antiprofesional manejarse de ésta manera, cuando a ellos quizás les llevó años
asentarse y establecer regularidad en la competición.
Este buen inicio de temporada rompe con las expectativas previas del resto de las marcas y
periodistas, quienes veían con malos ojos la inserción de nuevos equipos para este año tras los fracasos
de HRT, Caterham y Marussia, ingresados en 2010, de los cuales sólo el último sobrevive hasta
hoy bajo el nombre de Manor, tras ser absorbido por capitales británicos antes del comienzo de la pasada
temporada, y que también cuenta con motores Ferrari. El hecho de haber sumado puntos en las primeras
carreras justifica en gran manera la inversión de la escudería estadounidense y le da la derecha a la FIA,
que va por más y apuesta a la aparición de nuevos equipos para el próximo año.
Instalado de lleno en la categoría, gracias a los aportes de los patrocinios Alpinestars (Italia),
Richard Millie (Suiza), Telcel (México) y Saxo Bank (Dinamarca), el equipo continuará con el análisis
técnico y estratégico en sus automóviles para mejorar y demostrar que está a la altura de la Fórmula Uno.
Como novatos en la materia tendrán la vista de la élite del automovilismo puesta en su desempeño, para
determinar si se trata de una escudería que vino a marcar su territorio.
Yoel Melamud, Nahuel Pelli, Juan Pablo Acuña, Cristian Dos Reis y Antonio Sánchez (Editor).