La incursión infantil en el mercado laboral de la Argentina afecta a 1 de cada 10 niños entre 5 y 15 años y a 3 de cada 10 adolescentes entre 16 y 17 años, según el último relevamiento de la Organización Mundial del Trabajo (OIT), el Ministerio de Trabajo y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
La investigación se publicó en el marco del Día Mundial contra el Trabajo Infantil, celebrado el pasado 12 de junio y promulgado desde 2002 por la OIT. Pese a que 2021 fue declarado “año Internacional” contra esta problemática, durante la pandemia del COVID-19 se duplicó la cifra de jóvenes entre 13 y 17 años que realiza tareas orientadas al mercado en el país, y alcanzó así al 16%.
El informe manifestó que 1 de cada 10 adolescentes buscó trabajo durante el aislamiento. Sin embargo, la mitad de este rango etario que está activa en el mercado pertenece a familias cuyos ingresos han decrecido durante las restricciones, mientras que 7 de cada 10 vive en hogares donde sus cercanos se encuentran desempleados, vieron reducidas sus horas laborales o sufren de una suspensión.
Entre las conclusiones más destacadas, el 56% de los menores en esta situación vive en asentamientos que recibieron ayuda del Gobierno nacional, ya sea mediante los programas de Asignación Universal por Hijo (AUH), Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), Tarjeta Alimentar o alimentos en comedores barriales, entre otras.