Si hay algo con lo que el jugador de fútbol tiene que lidiar en su vida es la jubilación prematura. La natural baja en el rendimiento a causa de la edad, es uno de los primeros motivos de los que superan las tres décadas de vida empieza a darles señales de que el final se acerca. Algunos pueden resistirse más que otros y exprimen hasta las últimas gotas en las canchas, mientras coquetean con los cuarenta años pero, años más años menos, todos en algún momento se verán al espejo y sabrán que están retirados, más allá de las entrañables ganas de seguir jugando al fútbol.
La carrera como jugador profesional de fútbol es efímera; por eso, cuando deciden colgar los botines se encuentran ante una encrucijada importante. Frente a ese escenario, ante la cantidad de tiempo libre que suele tener un jugador en su día a día, muchos tomaron cartas en el asunto y se han convertido en emprendedores, dedicaron su tiempo a formarse académicamente, o han invertido ese tiempo en practicar otro deporte que los saque de la rutina futbolística.
En el fútbol generalmente se ha vuelto común encontrar jugadores que, además de obtener buenos resultados dentro de la cancha, también los obtienen en las aulas. Aquellos que lo logran se destacan por sobre los demás, ya que la actividad profesional es corta, y el estudio les brinda una herramienta para su vida fuera de un campo de juego. Es más, muchos de los clubes ayudan a que sus deportistas terminen los estudios brindándoles la mayor cantidad de recursos posibles.
Un claro ejemplo es el del caso del delantero polaco Robert Lewandowski que se graduó en 2017 en la rama de Educación Física y Deporte, tras presentar con éxito una tesina interesante, la de su propia vida y carrera como jugador profesional de fútbol, desde sus primeros pasos en fuerzas básicas hasta su consagración en Europa.
Gerard Piqué no solo defiende los colores de Barcelona, sino que también los propios, debido a que es dueño de equipos de fútbol como el Gimnástic de Manresa y el FC Andorra. Además, cuenta con un Máster en Harvard sobre negocios del entretenimiento, medios y deporte. Capacitación que le sirvió para involucrarse en la organización de torneos internacionales de tenis, por ejemplo.
Un jugador acostumbrado a levantar copas, aprovechó su tiempo fuera de las canchas para continuar con esta sana costumbre. El Cerebro, Andrés Iniesta, dedica su estadía en China para desarrollar el negocio familiar de vinos. Anteriormente se dedicó a estudiar Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, lo que lo convierte en una persona formada empresaria, académica y deportivamente.
El defensor Giorgio Giorgio Chiellini, con una tesis de la Juventus, obtuvo un doctorado en Administración y Dirección de Empresas. Más allá de su imagen de jugador áspero dentro de la cancha, Giorgio Chiellini ha demostrado que se puede combinar el estudio con el deporte.
Pero no todo en la vida es estudio o trabajo. Otros jugadores, aprovechando su predisposición hacia el deporte, han elegido expandirse a otras disciplinas. Tal es el caso de Ivan Perisic, que de manera paralela al fútbol, lleva una carrera como jugador profesional de vóley playa, que le permitió representar a su país en dos deportes distintos.
Finalmente, existen jugadores de élite que comienzan a jugar a un nivel semi-profesional a los 15 años y, desde entonces, tienen que entrenar diariamente unas cuatro horas. Aunque muchos, como Lionel Messi y Cristiano Ronaldo (los dos fuera de serie), lo hacían en jornada completa. Claro está que ninguno de ellos pasará penurias económicas, pero eso no debería ser una excusa para no formarse profesionalmente. La educación no debería ser pensada o abordada con fines económicos: el conocimiento termina siendo el mayor patrimonio de cada uno.
Bruno Mariano, Calabrese Marcos, Gaetán César