Durante el 2020, el precio de los alquileres treparon un 60% en sus valores. Esto es casi 25 puntos más por encima de la inflación. Cabe aclarar que en los casos en los que el contrato sigue vigente, por ejemplo aquel firmado en marzo del 2020, deberá ahora pagarse lo que indique el contrato para el período marzo-agosto 2021.
Pero todos los contratos que vencieron durante el 2020, se extendieron automáticamente, con el mismo precio. Ahora con el fin del decreto de congelamiento, deberán renegociarse. A esto se le sumará el pago de lo adeudado por haber tenido congelado el valor del alquiler, que se podrá hacer en cuotas.
Todos los nuevos contratos, deberán firmarse bajo la nueva ley de alquileres. En referencia a los precios y las situaciones de renovación, Fernando Muñoz de la defensoría del inquilino declaró: “El precio es libre, y te piden según la conveniencia, si quieren que te vayas te piden más del 50 por ciento, y si quieren que te quedes, te piden menos del 30 por ciento».
Una de las claves de la normativa es que si el contrato se firma bajo la nueva ley de alquileres, el primer aumento será recién al año. Por eso mismo, hay propietarios que prefieren mantener a los mismos inquilinos que se endeudaron, para poder obtener lo que dejaron de pagar durante la pandemia.
Con respecto a los inquilinos de la Ciudad de Buenos Aires se evidencia cómo los precios de los apartamentos se disparan. El alquiler ahora sube dos veces más rápido que los sueldos, y muy por encima de otros precios.
El incremento se debe a la creciente inflación en Argentina, impulsada entre otras cosas, por la excesiva impresión de dinero por parte del Gobierno el año pasado para financiar el gasto social por el Covid-19.
Pese a la ley que regula el sector los valores de los contratos parecen inalcanzables
La nueva ley determina que los contratos de alquiler se extienden a tres años y los aumentos de precios se incrementarán una vez al año. Actualmente, un contrato de alquiler común duraba dos años y los propietarios subían los precios cada seis meses como parte de las condiciones establecidas en el contrato.
La polémica sobre esta reforma de los alquileres marca el último capítulo en uno de los mercados inmobiliarios más retorcidos del mundo. En Argentina, las ventas de viviendas (y cada vez más los alquileres) se cotizan en dólares a pesar de que la gran mayoría de la sociedad gana en pesos, una moneda que ha perdido el 80% de su valor desde 2017.
Por todo esto, las hipotecas rondan el 30% y las ventas se han desplomado. La mayoría de las viviendas en estos días se compran con transacciones completamente en efectivo.
Dentro de esta problemática la postura del gobierno, en voz de Alberto Fernández en septiembre del 2020 fue: «Lo que tienen que saber todos es que vamos a proteger a los sectores más débiles porque no es momento de castigarlos. Todos tenemos que hacer un esfuerzo colectivo hasta tranquilizar la economía”.
Hoy en día es un dolor de cabeza para los inquilinos el post congelamiento y del gobierno aún no hay respuestas. Según el estudio, en lo que va del 2021, todos los barrios de la Ciudad de Buenos Aires registran una suba en el valor interanual superior al 50%.
Al aumento del alquiler se le suman los gastos de los demás impuestos: Agua, luz, gas, expensas y el ABL a convenir con el propietario o inmobiliaria. Lo que genera que poder afrontar un alquiler sea una odisea.
Alan Ertola