Con frío, con niebla, con lluvia o con sol. Con una carretera llana, rugosa o antipática, donde los neumáticos de la bici suelen rebotar, el vasco Ion Izagirre pasó a la acción. Hermano menor y compañero de equipo de Gorka. El nacido en Ormaiztegi el 4 de febrero de 1989 se convirtió en ciclista profesional a finales del 2009 en el equipo de Orbea. Con el pasar del tiempo empezó a encontrar su lugar en el ciclismo, y comenzó a especializarse como escalador, destacándose en carreteras de ascenso, tanto en zonas de colinas como en zonas montañosas. Así como también adquirió la especialidad de ser un ciclista a contrarreloj por su potencia para moverse durante varios kilómetros manteniendo un paso muy rápido en terrenos llanos.
Izagirre logró lo que no muchos ciclistas pudieron lograr: ganar en las tres Grandes Vueltas. ¿Cuáles son? Una de ellas es el Giro de Italia, en la cual el español se impuso en la decimosexta etapa. En aquel momento, siendo parte del equipo de Euskaltel-Euskadi, Ion, con tan solo 23 años y tres meses, se convirtió en uno de los más jóvenes en la historia del ciclismo español en ganar una etapa, de la cual supo salir vencedor de una escapada de diez hombres a falta de 100 kilómetros, en la ascensión final que lo terminó llevando a la meta en la localidad austriaca de Falzes. El vasco buscó y obtuvo su primera victoria en una grande y además alcanzó el objetivo con un triunfo en solitario, marcando un tiempo de 4h2m.
Estuvo muy cerca de conseguir el triunfo en el Tour de Polonia, donde finalizó segundo y con una gran actuación en el año 2015 en La Vuelta a España, en la que terminó tercero en la general. Pero no todas las carreras iban a ser positivas para Izagirre, que no pudo alcanzar el objetivo de quedar en top ten del Giro de Italia de ese mismo año y que en su participación en la Vuelta a Suiza decidió abandonar luego de finalizar último en una de las etapas por falta de estado. Largos cuatro años de preparación tuvieron que pasar para que el español nuevamente ganara una etapa de otra de las grandes. El guipuzcoano, que ya formaba parte del equipo de Movistar, logró imponerse en la penúltima etapa del Tour de Francia luego de atacar con velocidad en la bajada del puerto Joux Plane, una montaña situada en los Alpes franceses con una pendiente media del 8,5%. Sin importar la intensa lluvia que puso resbaloso al asfalto y la niebla que dificultaba la visibilidad de los ciclistas, Izagirre tomó la iniciativa en la bajada, abrió un hueco de un puñado de segundos y, posteriormente a eso, lo volvieron a ver recién en la meta de Morzine, alcanzando de esta forma su victoria profesional más importante.
El campeón del Título Nacional en Ruta 2014 también brilló en el Gran Premio de Indurain; ganó una etapa en Romandía y la contrarreloj nacional. El más joven de los Izagirre completó esta trilogía de victorias en las grandes luego de ganar la sexta etapa de la Vuelta a España. El clima no era muy satisfactorio, el frío se hizo insoportable para algunos ciclistas y la carretera por el Pirineo aragonés se tornó antipática por la lluvia. Pero con la ayuda de Gorka, y una clara estrategia, el hermano mayor comenzó a acelerar para generar el desgaste en los demás ciclistas yendo a su captura. Le abrió el terreno a Ion, que venía por detrás de todos guardando fuerzas para atacar en los kilómetros finales, donde logró escaparse y se alzó con una victoria de etapa en la última de las tres grandes que le faltaba, llevándose de esta manera la sexta, que fue a Formigal. Tras la victoria, el español expresó su felicidad y explicó por qué quería tanto ganar: “Aquí no había ganado todavía y por eso salí a por todas”. El deseo de triunfar en su país no solo se transformó en realidad, sino que gracias a la victoria que obtuvo se metió en la historia grande del ciclismo por haberse metido en el selecto grupo de los 100 corredores que ganaron al menos una etapa de las tres Grandes Vueltas.
Federico E. Rozas