El pasado domingo 20 de septiembre se cumplieron los primeros 6 meses desde que el Presidente Alberto Fernández anunció el comienzo del ASOP (Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio) en todo el territorio nacional. A partir de ello, la vida de todos los argentinos cambió drásticamente.
El día a día, la rutina y las costumbres desaparecieron de la noche a la mañana aquel 20 de marzo. Y aparecieron otras obviamente, aunque éstas surgieron por una cuestión higiénica. Hoy el home-office, los saludos a distancia, los barbijos adornando la cara y el alcohol en gel son la nueva normalidad de nuestros días.
Recién en los últimos dos meses, en el AMBA la situación se relajó y se habilitaron nuevas actividades, a pesar de que el momento epidemiológico de la pandemia está en su punto más crítico en el país en general y el interior en particular, pese a que hace un tiempo la mayoría de las provincias estaban libradas del COVID-19.
Siga como siga el cuadro de infecciones y restricciones, en este primer semestre de cuarentena, hay sectores que salieron claramente beneficiados y otros que lamentablemente se vieron perjudicados, al punto de que gran cantidad de locales de diferentes rubros debieron cerrar sus puertas.
En este nuevo contexto, las aplicaciones de trabajo web de materia educativa (caso Acadeu o Google Classroom), o softwares de manejo de empresas o ventas online fueron quienes sacaron más rédito de la situación que generó el coronavirus. Todo producto del crecimiento exponencial del teletrabajo y las ventas online. Pero no sólo las grandes compañías fueron los ganadores, ya que en materia general la mayoría de quienes produzcan o tienen relación con la materia computacional (tanto software como hardware) tuvieron un aumento de sus ventas en estos meses.
Además, ante la imposibilidad de viajar o realizar visitas, las marcas encargadas de realizar envíos de diferentes mercancías se vieron beneficiadas. Por otro lado, las empresas o marcas de diferentes productos que mantuvieron su número de clientes habituales o circunstanciales, deben recurrir a estos emisarios para llegar a sus clientes.
Las empresas de entretenimiento de todo tipo, sea consolas de juego, plataformas de streaming y juegos para niños y adolescentes, aumentaron su cantidad de ventas y/o visitas. El tiempo de ocio, principalmente de los adolescentes y adultos de hasta 30 años, hicieron que exploren el mundo de las transmisiones vía Twitch o reuniones de Discord, dos de las plataformas de mayor crecimiento en estos meses. Por su parte, hubo un mayor tiempo de reproducciones y aumento en la cantidad de suscripciones en YouTube y Netflix.
En contrapunto, hubo muchos rubros que se vieron gravemente perjudicados por la pandemia. En primer lugar se encuentran los hoteles y los restaurantes. Los primeros lógicamente debieron cerrar sus puertas sin mucho más que hacer, mientras que por su parte, los locales gastronómicos pueden trabajar de manera “take away”, pero en muchos casos lamentablemente no les fue de la manera esperada y debieron cerrar sus puertas.
Luego, el segundo sector que más perdió con la pandemia fueron las actividades comunitarias, sociales y personales, donde se destacan los servicios educacionales y de salud, además de servicios de saneamiento asistencia social, de diversión, esparcimiento y otros servicios comunales y sociales.
La construcción fue otro sector que fue muy golpeado y que también se pidió enfáticamente que debieran volver a la actividad, principalmente las construcciones de mano privada. Estas habilitaciones se dieron hace unos meses, pero el daño ya estaba hecho.
Para concluir, la industria manufacturera, el comercio y el transporte y las comunicaciones salieron perjudicados lógicamente por el bajón abrupto de consumo y de viajes de la gente.
Con todo éste contexto general, el día de ayer el INDEC dio a conocer que el PBI tuvo una caída del 19,1% en el segundo trimestre del año, debido a todas estas actividades que no pudieron ejercer sus actividades con normalidad.