Al igual que otras disciplinas dentro de los Estados Unidos como la NBA y la MLS, la decisión por parte de la Asociación de Tenis norteamericana había sido formar una burbuja sanitaria en donde todos los tenistas, junto con sus equipos de trabajo, permanecieran en total aislamiento preventivo mientras se disputaban el Masters 1000 de Cincinnati y el US Open, ambos con residencia en Nueva York. Sumado esto también a un protocolo estricto de sanidad que indicaba la obligación de realizarse testeos cada 4 días, la prohibición de salir de las instalaciones estipuladas de la burbuja y el límite de tres personas por equipo. A su vez, las reglamentaciones obvias del uso de mascarillas por todos los miembros auxiliares dentro de los estadios y umpire, la ausencia de público y la menor cantidad de alcanza pelotas.
A partir del caso del francés Benoit Paire, la asociación decidió tomar medidas aún más estrictas. Primeramente, como ya estaba estipulado de antemano, la descalificación del tenista de la competición, y su reemplazo por el español Marcel Granollers. En lo que respecta a aquellos jugadores que tuvieron contacto con el infectado, se les ordenó permanecer totalmente aislados dentro de la misma burbuja. Este es el caso de la francesa Kristina Mladenovic, número 30 del mundo en el ranking de la WTA. “Te lo digo de manera sencillo: sólo me permiten jugar mi partido”, declaró en las últimas horas, y agregó: “Literalmente, no puedo hacer nada”.
Estas medidas llevadas a cabo por la UTSA están generando descontento entre los jugadores y jugadoras. Esto es debido a que pese a que todos los jugadores que tuvieron contacto con el francés dieron negativo en el test, la asociación mantiene su decisión de dejarlos en completo aislamiento, permitiéndoles salir únicamente para jugar sus partidos.
Pedro Occhiuzzi