Hay que recordar que el 7 de marzo toda la CGT se hizo escuchar y realizó una manifestación de gran concurrencia para reclamar por la cantidad de desempleados producidos desde la nueva gestión de gobierno encabezado por el presidente Mauricio Macri. El motivo la inminente apertura a la importación como también el crecimiento de la inflación y los aumentos a los impuestos de los servicios.
Dentro de la misma se reclamó con insistencia “poner la fecha” del paro de forma nacional, por lo luego de unas horas de espera, los tres secretarios generales Juan Carlos Schmid, Héctor Daer y Carlos Acuña anunciaron por conferencia la confirmación de la misma: «Por unanimidad, este consejo directivo eligió realizar el 6 de abril un paro nacional en todo el país por 24 horas, no vamos a invitar nadie, los que se quieran sumar son bienvenidos» así declaró Acuña.
La Confederación Argentina de Trabajadores de Transporte nuclea a los gremios del servicio ferroviario, de colectivos de corta, media y larga distancia y de taxis. En consecuencia, su adhesión resulta muy significativa ya que, al garantizar la paralización de dichos servicios impide la movilización de millones de trabajadores en Capital Federal, el gran Buenos Aires y todas las ciudades importantes del país.
Sin transporte el éxito del paro general queda absolutamente garantizado sin que ello necesariamente implique la adhesión de todos los trabajadores. Para los analistas políticos queda la eterna polémica de que hubiese sucedido si la gente contaba con medios adecuados para concurrir a sus tareas.
También para la polémica previa y posterior queda la cuestión de cuál fue el motivo para que el paro general fuera convocado sin movilización. Discusión que se verá acentuada por la sorpresiva concurrencia a la marcha que a favor del gobierno se realizó en la Plaza de Mayo el 1° de abril, es decir, apenas cinco días antes.
Nota realizada por: Ian Arveo, Ignacio Bocchio, Alejandro Corral, Victoria Carrizo, Lucas Landriel, Francisco Maler y Joaquín Molinas