Es común escuchar que en el fútbol moderno se perdió al gran creador que poseían todos los equipos.
Ese jugador que era admirado por propios y extraños, que hacía jugar a sus compañeros y deleitaba a la gente que concurría a los estadios. Es por eso, que nos dimos el lujo de poder conversar con Alberto “Beto” Márcico, un enganche de lujo que supo ganarse el cariño de todas las hinchadas de los clubes en los que jugó. Tuvo una gran trayectoria: inició su carrera en Ferro en 1980, en lo que fue la mejor época deportiva y económica de la institución de Caballito. Allí consiguió dos títulos: en 1982 y 1984. Luego pasó por el Toulouse de Francia, lugar dónde pasó 7 años de su carrera futbolística. En 1992 llegó al club de sus amores, Boca Juniors dónde supo ser capitán e ídolo y en el cual logró tres campeonatos.
Su carrera finalizó en 1998 en Gimnasia de la Plata. Su rendimiento fue tal, que Daniel Passarella lo convocó a ser parte del seleccionado nacional en una de las convocatorias para las Eliminatorias del Mundial de Francia 1998.
Una producción especial de: Facundo Genisso, Natanael Tortoza, Ignacio Francos y Tomas Lopez