Desde el 24 de mayo se aisló Villa Azul, el barrio de emergencia ubicado entre los municipios de Avellaneda y Quilmes. Después de 14 días, comenzó una nueva fase del aislamiento comunitario, que se implementó para contener el foco de contagios originado, aparentemente, luego de un torneo de fútbol barrial. El Gobernador bonaerense, Axel Kicillof, junto con los intendentes Mayra Mendoza y Jorge Ferraresi dieron a conocer esta noticia a través de Twitter. Informaron que durante los últimos días los casos positivos diarios descendieron y que «la tendencia marca que la curva de contagios persiste a la baja», fundamento por el cual se tomó esta decisión.
Agustina Castro, de 22 años, vive en Villa Azul y conversó con Pirámide Invertida respecto a la situación actual: “Cuando las autoridades se enteraron que había muchos casos positivos de coronavirus, decidieron aislarnos, llegaron policías y cerraron todo el barrio, pero no recibimos mucha ayuda por parte del estado”, afirmó. Una de las medidas para evitar que los habitantes salieran de sus casas fue brindar alimentos no perecederos a las familias, pero la joven aseguró que lo recibido no fue suficiente, ya que en una sola casa viven hasta 15 personas, de manera muy precaria. Además, agregó: “Hubo días que nos cortaban más de 12 horas la luz e incluso el agua, se hacía prácticamente imposible poder cumplir con la cuarentena si no teníamos los elementos básicos en nuestro hogar”.
Otra vecina, que prefirió mantener el anonimato, tiene un almacén en la parte más precaria del barrio, y declaró que los jóvenes no se toman en serio la situación y realizan actividades y reuniones, como lo hacían habitualmente: “Nos preocupa que los chicos hagan vida normal, porque no hay testeos verdaderos, no sabemos si tenemos o no el virus, porque los médicos solo revisan a una o dos personas por casa, a lo sumo ”, aseguró.
Otra problemática en el barrio consiste en que, pese a la presencia policial, la inseguridad no cesa y, según los vecinos de la zona, los delincuentes roban y se meten directamente a la villa por entradas que no están vigiladas. Por otro lado, residentes de la Villa Itatí, solo a unas cuadras de Villa Azul, comenzaron a denunciar la falta de testeos.