En la actualidad, la comunidad LGTBIQ (Lesbianas, Gays, Bisexuales, Transexuales, Intersexuales y Queer) está más presente en el fútbol femenino que en el masculino, debido a que las mujeres viven con mayor libertad su sexualidad. En el año 2020, se perciben más casos de mujeres lesbianas que de hombres homosexuales. En el fútbol masculino argentino solo se conocen dos casos de jugadores que se declararon libremente en este aspecto, Matías “el Monito” Vargas, ex jugador de Vélez y Juan Cruz Komar, defensor de Talleres, de Córdoba. Ambos opinan que es imposible que ningún jugador en el mundo no sea homosexual. Sobre este tema habló la jugadora Pernille Harder a raíz de la foto con la sueca Magdalena Eriksson, en el Mundial de Francia, que circuló en las redes sociales: «Espero que un jugador activo tenga el coraje de comprometerse con su homosexualidad, porque ciertamente hay».
En cambio, en las mujeres, la homosexualidad está «mejor vista y más aceptada». ¿Esto es por sexualización o por libertad de expresión? ¿Por qué se reprime al hombre y no a la mujer? En España se realizó una encuesta en la cual se les preguntó a diferentes personas que era más cómodo para ellas, ver hombres o mujeres homosexuales y respondieron que obtienen un placer erótico al ver a dos mujeres besándose… pero si son dos hombres, prefieren evitarlo.
Para finalizar, la transexualidad es un tema presente en la Argentina. La futbolista Mara Gomez juega en Villa San Carlos y se percibió como mujer abiertamente a los 13 años. Ella cuenta que el fútbol le salvó la vida luego de haber pensado a los 15 años en quitarse la vida como consecuencia de no poder vivir en libertad su sexualidad y todo lo que significa su condición sexual. Ella afirma: “La vida es bella y tengo que vivirla de otra manera. Entonces, por el fútbol pude superar mi depresión”.
Se espera que a futuro esta situación no sea llamativa y pase a ser algo cotidiano tanto en el fútbol como en la vida cotidiana.
Mariana Romagnoli, Ludmila Farias Messineo y Micaela Cavaliere.