La aislamiento, social, preventivo y obligatorio ha causado un nuevo problema para las personas fumadoras, el cierre de las tabacaleras. Desde que el gobierno nacional decreto la cuarentena, las empresas como Philips Morris Argentina y British American Tabacco, se vieron forzadas a cerrar y desde entonces la producción de tabaco se dejó de producir hasta el levantamiento de la cuarentena.
Mientras tanto, en las calles el agotamiento del producto en los kioscos de todo el país se hizo notoria desde hace varios días, esto provocó largas filas de personas tanto en estaciones de servicios, kioscos y almacenes para tratar de conseguir algún atado, sin embargo, aprovechando el desesperado intento de la clientela por la compra, estos se encontraron con el descarado aumento del producto a más del doble del valor que está fijado por la ley. Los kiosqueros aseguran que sirve como medio de ayuda para poder mantener el kiosco en pie ya que la venta del cigarrillos implica una inversión muy importante del más del 50% de las ganancias. Entre las tabacaleras, la queja es que la mayor parte de las utilidades se van en impuestos, con esto corre el peligro de más de 1 millón de puestos de trabajo.
Las empresas enviaron al gobierno nacional una petición para que se reanude la producción del cigarrillos lo más rápido posible y así evitar el despido de sus trabajadores
Entre los fumadores aseguran que a pesar de que todo está más caro, el hecho de que haya desabastecimiento los obliga a pagar cualquier precio con tal de fumar, aunque haya que hacer colas y abonar costos extra; otros creen que sirve de ayuda para poder dejar el cigarrillos. Además, comenzaron a aparecer los cigarrillos de contrabando, provenientes la mayoría de Paraguay, que se venden de manera ilegal por todo el país.