Hace varios años, el vóley femenino argentino se viene practicando con una gran convocatoria de público. A ésto se le suma el gran trabajo que realizó la selección con la obtención de resultados, que antes eran inesperados, como la clasificación al mundial de Italia 2014 y Japón 2018, el bronce obtenido en los Panamericanos de Lima 2019, y por primera vez en la historia, la participación en los Juegos Olímpicos de Río 2016 y la clasificación para Tokio 2020 (se realizará en 2021). Ésto fue el punto de partida para pelear por lo que hace varios años vienen deseando: la profesionalización del vóley femenino. Esta lucha comenzó cuando el seleccionado femenino, “Las Panteras”, obtuvo la clasificación a los Juegos Olímpicos de Tokio.
Natalia Espinoza, ex jugadora de Boca Juniors y la selección, y actual representante femenina de Jugadoras Asociadas de Vóley Argentino (JuAVA), manifestó en la red Twitter el pedido para el vóley femenino y generó muchas repercusiones. La ex multicampeona expresó: “Con el empuje que dio la profesionalización del fútbol femenino. El notable crecimiento del vóley femenino. El rol de la mujer en el deporte es mirado distinto. Llegó la hora de decir: profesionalización del vóley femenino”.
Debido al impacto que tuvo la publicación, días más tarde se firmó y públicó un comunicado en el que participaban aproximadamente 200 jugadoras y ex jugadoras. En el mismo se incluyen reclamos como: “Promover, difundir y estimular el vóley femenino en el territorio nacional en todos sus niveles deportivos. Generar programas y proyectos que promuevan la participación masiva y la inclusión social. Mejorar los espacios de juego y entretenimiento. Que cada club en contexto de Liga, incluya en sus estructuras de trabajo a entrenadores/as, apoyo médico y kinesiólogos. Una competencia sostenible y profesional de mayor duración sin que se superponga con torneos regionales o con el calendario internacional. Mejoras salariales. Contratación de jugadoras mediante acuerdos por temporada, cobertura médica para jugadoras y staff; comercialización y difusión de la Liga, trabajo de búsqueda de sponsors, que el reglamento de pases se ajuste a la realidad económica nacional, que tenga relación con los contratos que perciban las jugadoras y no sea una traba para las mismas”.
La jugadora de Boca e integrante de “Las Panteras” Mariángeles Cossar expresó en los medios que la campaña viene desde hace un tiempo, que lo estaban hablando entre varias jugadoras, que, aunque las chicas que sacaron el comunicado son las que están más presente en eso, están trabajando todas. Y agregó: “Estamos intentando conseguir lo que nos merecemos y para eso teníamos que aprovechar tanto la profesionalización del fútbol femenino, el auge del feminismo y la clasificación a los Juegos Olímpicos de Tokio. Hoy en día la mujer se está posicionando en la sociedad en un lugar que hace un par de años atrás no podía hacerlo, y eso nos ayuda a poder alzar la voz”.
El pedido surge por las diferencias que desde siempre existen entre hombres y mujeres. “Parece que uno hace el reclamo por la parte económica pero no es sólo eso, es justamente esa inequidad de que una mujer reciba mucho menos por hacer el mismo trabajo que un hombre”, manifestó Mariángeles.
Sin redes sociales ni repercusiones, Paula Parisi, ex jugadora y mánager de la selección nacional y dirigente de ACLAV, es una de las figuras femeninas del vóley que sentaron precedente por la reivindicación de las mujeres en éste deporte. “Es un deporte muy machista”, admitió. Y añadió: “Cuando yo jugaba, la respuesta era ‘ustedes no le ganaron la nadie’. Hoy que tienen la excusa de los resultados, es una cuestión del impulso desde la federación y los dirigentes”.
La Federación de Vóley Argentina solo expresó que este año piensan en alargar la Liga, formar una nueva asociación o dialogar con la Asociación de Clubes Liga Argentina de Voleibol (ACLAV) para que la Liga femenina se desarrolle en las mismas condiciones que la de vóley masculino.
Nicolás Desimoni