Un Spin-off es una serie o película creada a partir de una obra ya existente. En la historia del cine cuesta encontrar algún spin-off que valga la pena, la mayoría son fracasos como, por ejemplo, “Animales fantásticos y donde encontrarlos” que no encarna toda la esencia de Harry Potter. Seguramente por primera vez en las pantallas, encontramos en “Better call Saúl” la perfección. No solo hace referencias a “Breaking Bad”, no se queda con los guiños y la nostalgia que genera, sino que también toma su propia impronta, con similitudes a la serie original, pero con una propuesta diferente.
La serie se sitúa seis años antes a los acontecimientos de Breaking bad. Trata del camino que recorre Jimmy McGill (Bob Onderkirk) para convertirse en Saúl Goodman, como pasó de ser un abogado desempleado a uno famoso y corrupto que trabaja con narcotraficantes. También vemos el camino de otros personajes claves como el de Mike Ehrmantraut (Jonathan Banks) y Gustavo Fring (Giancarlo Esposito).
En las primeras temporadas parece no suceder mucho, a diferencia de Breaking bad, no hay acción, es puramente conflicto interno de los personajes y se torna algo lenta. Sin embargo, a partir de la tercera temporada, toma un dinamismo interesante, donde todas las historias están desarrollas y cuando toda la construcción hecha en las dos temporadas previas explota y genera en el espectador asombro y espectacularidad.
En la cuarta y quinta temporada, ésta última estrenada el 23 de febrero y finalizada el 20 de abril del 2020, es donde termina de relucir visualmente todo el talento de Vince Guilligan. Es un director que ya demostró que le gusta constantemente mover la cámara y hacer planos imposibles, por ejemplo, el plano dentro de la heladera en breaking bad. Better call Saúl es una serie que se valoriza mucho por el poder visual que tiene porque no utiliza el dialogo para contar los que pasa, sino que lo hace, a través de transiciones de cámara y le escapa al estereotipado “plano-contra plano”.
Probablemente esta serie tiene uno de los mejores desarrollos de personajes que puede tener una serie. La relación que establecen Jimmy y Kim Wexler (Rhea Seehorn) es perfecta porque pasan por muchos estados todo el tiempo, a veces son cómplices, otras amigos, novios o incluso enemigos, generando así, una naturalidad agradable para el espectador; no hay nada artificial y lo hacen sentir real. El personaje de Kim, sin dudas, es el más enigmático de toda la seria porque es el único que no aparece, ni se menciona, en Breaking Bad, y es lo único que ata a Jimmy para no terminar de convertirse definitivamente en Saúl. Bob Odenkirk, hablando casi como un fan, confesó: “Yo no creo que el Saúl Goodman de Breaking Bad se vaya a casa con Kim Wexler. Me da miedo lo que pueda pasarle a ella”.
Los últimos cuatro capítulos de la quinta temporada es realmente buen cine, algo que cuesta encontrar actualmente con tantas películas de acción, pero Better Call Saúl, a falta de una temporada que termine de finalizar la transformación definitiva de Saúl, ya se posiciona en las mejores series de la historia y se pone a la par que la legendaria Breaking Bad.
Tomás Ordoñez 2°A Turno Mañana