Como ocurre año tras año, conseguir una vacante en las escuelas públicas de la Ciudad de Buenos Aires se vuelve un trabajo por demás complicado, y este 2016 la situación no será distinta. El pasado 16 de noviembre se publicaron las listas de lugares asignados para recibir las vacantes y miles de chicos se quedaron sin su tan ansiado cupo. Cabe recordar que, en este año, faltaron 11.000 vacantes, según informó la actual ministra de Educación de la Ciudad de Buenos Aires, Soledad Acuña.
Para informar más sobre esta situación, Pirámide Invertida se comunicó con una de las fundadoras de “Vacantes para tod@s en la escuela pública”, Patricia Pines, quien además es maestra de nivel inicial y explicó por qué sucede esto en la Ciudad y qué medidas tomaron desde su grupo, que cuenta con más de 5000 seguidores en Facebook.
–¿Por qué hay pocas vacantes en las escuelas públicas?
-Hay pocas vacantes porque no se crean escuelas, básicamente. La población crece, y si no se crean establecimientos cada vez son más los niños que se quedan afuera. Y lo que faltó para que se construyeran colegios no fue dinero sino voluntad política.
–¿Qué es lo que propone su grupo?
-Lo que proponemos a corto plazo es un proyecto de ley de creación y ampliación de 33 escuelas en la zona sur. Pero no tiene adherentes de ningún bloque, salvo el frente de izquierda. Estamos buscando que varios jardines vuelvan a funcionar y que el Gobierno no use el terreno de una escuela de Caballito para hacer negocios inmobiliarios. Este último es un gran lugar y se podrían hacer varios establecimientos.
–¿Cuál fue el fin de la marcha que hicieron?
-La marcha se hizo para visibilizar un conflicto que el gobierno está negando. Ellos dicen que tienen cubierto el nivel inicial, y es completamente mentira. También quisimos mostrar que quieren mudar un trazo de la autopista Illia, y con ese dinero se podrían hacer aproximadamente 100 escuelas.
–¿Qué opina acerca de la inscripción online?
-Desde mi grupo lo denunciamos desde su primera implementación ya que lo consideramos arbitrario y expulsivo. Arbitrario porque nos impone una serie de escuelas que no son elegidas por la familia. En la escuela privada, los padres pueden conocer el establecimiento, el plan pedagógico, hablar con el director, etc. Y en la escuela pública eso no sucede. Y es expulsivo porque no todas las personas tienen los recursos informáticos que se requieren para realizar la inscripción debido a que hay que tener un mail, además de que el sistema se tilda y cuesta entrar en la página.
–¿Qué respuesta dan desde el Gobierno?
-Particularmente en este año, el Gobierno está teniendo un gran maltrato hacia las familias que están iniciando los reclamos. En las supervisiones se niegan a recibir las notas. Desde el ministerio envían a las familias a otro lugar, y allí se encuentran con que sólo pueden realizar el trámite que ya realizaron previamente. Casi no nos dan respuestas, lo único que nos ofrecieron fue en vez de escuelas, centros de primera infancia, que desde 2007 se han multiplicado la cantidad que hay en la ciudad de Buenos Aires. Y en ellos, no hay docentes. Realmente, son guarderías, no son escuelas.
El presupuesto educativo desde el 2011 hasta la fecha bajó de un 27,8% del presupuesto total a un 18,5% en el sector público. Mientras que los subsidios a la educación privada subieron de $1.313.000.000 (2012) a $5.357.567.783 (previsto para el 2017).
Por Franco Villagra