Cada 24 de octubre se conmemora el día Mundial para la Erradicación de la Poliomelitis, una enfermedad en extremo virósica. La eliminación de los serotipos de la poliomelitis salvaje 2 y 3 es un gran avance tanto para la ciencia como para la sociedad. Existiendo así sólo el serotipo salvaje 1. Y, si bien en la mayoría de los países ya no se conocieron casos desde el 2016, en Afganistan y Pakistán sobrevive el único virus existente de los tres.
La vacuna creada en 1950 ha sido de gran ayuda para este avance, ya que aunque la enfermedad no tiene cura, la previene. Según los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) del 22 de julio del 2019 una de cada 200 infecciones produce parálisis irreversible (generalmente en las piernas) y entre un 5% a 10 % fallecen por parálisis de los músculos respiratorios. Los casos provocados por poliovirus salvaje han disminuido en más de un 99%, de los 350 000 estimados en 1988 a los 33 notificados en 2018. Se han evitado más de 16 millones de casos de parálisis como resultado de los esfuerzos mundiales por erradicar la enfermedad.
Mientras haya un solo niño infectado, los niños de todos los países corren el riesgo de contraer la poliomielitis. Si no se erradica la poliomielitis en estos últimos reductos restantes, se podrían producir hasta 200.000 nuevos casos anuales en diez años en todo el mundo. En la mayoría de los países los esfuerzos mundiales han ampliado la capacidad para hacer frente a otras enfermedades infecciosas gracias a la creación de sistemas eficaces de vigilancia e inmunización.
El virus se transmite por vía oral y fecal y aunque es poco común, también por agua o alimentos contaminados. Los síntomas son fiebre, vómitos, cefalea, cansancio, rigidez del cuello y dolores en los miembros.
Rosa Montgomery, abogada de 60 años, sufrió el virus de la Polio cuando tenía a penas 5 años: “La verdad es que mucho no recuerdo. Era muy chica. Vivíamos en un pueblo de Corrientes, Esquina. Tenía vómitos y mucho dolor en los brazos y las piernas. Mi mamá me llevó al médico y me trasladaron con urgencia a Buenos Aires. Me internaron en Alpi (Una asociación que se dedica a la rehabilitación neuromotriz), me operaron exitosamente, llevé un yeso en la pierna izquierda un año y luego otro año más una bota”, recuerda.
“Si no me hubieran diagnosticado con tanta rapidez me hubiera muerto. Hoy en día arrastro una secuela en mi pierna pero no es más que una cojera, muchos de los que se infectaron en aquella epidemia del 64’ hoy no pueden decir lo mismo que yo”, dice Rosa.
Fue tan importante la implementación de la vacuna en todo el mundo que el último caso conocido en nuestro país se registró en 1984 en Salta. En el momento en que este 100% erradicada del mundo se sumará a la viruela, la única enfermedad hasta el momento que se eliminó por completo en 1979. Esto permitirá ahorrar entre US$ 40.000 y US$ 50.000 millones en los próximos 20 años, sobre todo en los países de bajos ingresos.
Sofía Cruz