Colón de Santa Fe lo hizo. Contra todos los pronósticos, condecoró una gran hazaña en Brasil y tocó el cielo con las manos. Este jueves, en una serie emocionante, eliminó por 4-3 en la definición por penales a Atlético Mineiro luego de caer por 2-1 en el encuentro de vuelta y de cerrar un 3-3 en el global. De esta manera, por primera vez en sus 114 años de historia, el Sabalero jugará la final de una Copa internacional.
Si algo caracteriza al fútbol es el arte de dejar siempre un lugar para lo impredecible, lo inesperado o como lo llamó Dante Panzeri, para la “Dinámica de lo impensado”. Porque claro, hace poco más de un mes, ¿Quién hubiera imaginado este escenario? Pablo Lavallén, mirado de reojo por la dirigencia, estaba a un paso de ser destituido de su cargo. La derrota con Zulia en Venezuela por los cuartos de final, el mal andar en la Superliga que encendía la alarma por la cercanía con los puestos de descenso y el clima espeso que se vivía en Santa Fe, no daba lugar a grandes esperanzas.
Pero quien siempre creyó, fue el propio Colón. Mejoró en el ámbito local, siguió escalando instancias en la Copa Argentina (hoy en cuartos de final), y en la Copa Sudamericana, luego de aplastar a Zulia en el Cementerio de los Elefantes, se permitió soñar más que nunca, soñar en grande, dejando atrás cualquier tipo de duda e irregularidad.
La insaciable búsqueda dio sus frutos, y el ejemplo latente es este último cotejo ante Atlético Mineiro. Caía por 2-0 en Brasil, luego de los goles de Franco Di Santo (39’) y de Yimmi Chará (51’), y no parecía tener respuestas ante la supremacía del Galo. Pero el conjunto de Lavallén, ante la necesidad de convertir un tanto para recaer al menos en los penales, con más desorden que juego, fue a buscar el gol. Y la oportunidad iba a llegar, ante un equipo local que parecía adormecido.
Sobre el final, en el minuto 81, Wilson Morelo se metió en el área y Elías lo derribó. Penal para Colón. El Pulga Rodríguez, con su frialdad característica, cambió penal por gol. La historia se definió, para darle más dramatismo aún, desde los once pasos.
En la tanda de penales, el héroe fue Leonardo Burián. A pesar de que Cleiton le atajó el primer disparó a Morelo, Burián se lució y atajó los últimos dos, a Réver y a Cazares, para que el equipo argentino se meta en la instancia final de la Copa Sudamericana.
Ahora, el Sabalero buscará alcanzar la gloria eterna y su primer torneo internacional el 9 de noviembre en Asunción ante Independiente del Valle.
Marcos Carena, 2ºB, T.T