Allá por el año 1994, se despedía uno de los mas grandes tangueros de todo los tiempos, Roberto «Polaco» Goyeneche. Creador de melodías que hasta el día de hoy, distintas generaciones siguen apreciando. En las memorias de todos quedaran temas como Garúa, La ultima curda, El motivo y Balada para un loco, y vaya loco que fue el Polaco, quien no solo se dio el gusto de ser un genio musical sino que hasta se lució como actor en esos años. Influenciado por Carlos Gardel y colega de maestros como lo fueron Pontier, Piazzola y Raul Garello, la historia recordará a este hombre no común del barrio de Saavedra, fanático de Platense (Club que hoy en día lleva su nombre en una de su tribunas), como una figura central de un género que marcó una época en nuestro país.
Hoy, años después de aquellas gloriosas épocas musicales, con un Buenos Aires diferente en algunos aspectos pero iguales en otros, es un momento distinto en la juventud que rodea la vieja gran ciudad. Los jóvenes de estos tiempos ya no son aquellos que cumplían la normativa de usar pantalones cortitos y medias hasta la rodillas hasta ser mayor de edad, ya no son esos que debían estudiar o trabajar de lo que sus padres hacían para así, poder seguir el legado familiar. Se quedó atrás la costumbre de ir a la cancha de sombrero, traje y cantar los tangos en la popular y el memorable HIT de esos tiempos «Y si si señores yo soy de … «, pero principalmente dejo de existir la tradición de juntarse con la vieja barra barrial o del colegio, a tomar unos tragos en cualquier bar de Baires, sino que en estos tiempos, la plaza es la principal zona de confort que las muchachada elige para «rancharla», en términos lunfardos de estos años . Y en este sitio es donde nace la magia -de tantas que hay- que está marcando esta juventud: el Freestyle, más conocido como el arte de la improvisación, rimando las palabras con un ingenio extraordinario y con coherencia en cada barra rapeada, para hablar sobre algún tema (canta de forma fluida y rimando cada compás), como lo hacían los viejos payadores. Esta es una parte de la cultura del Hip Hop que le dio vida a un interesante entretenimiento, que para algunos críticos, hoy en día es más un deporte que otra cosa, la curiosa «batalla de gallos». Si lo que usted piensa es que se hablando de una riña de gallos ilegal, entonces está equivocado, estamos refiriendo a un debate/pelea donde dos personas o hasta seis separadas en grupos por medio de referencias y metáforas trata de demostrar que su ingenio es mayor a su oponente o ridiculizarlo y ganar los votos de un jurado que analiza cada rima, todo un escenario artístico, al llevado bajo el arte de la rima improvisada y así quedarse con algo más que el dinero, estamos hablando del respeto, pilar número uno del Hip Hop. Pero en esta nota no hablaremos de las batallas, tal vez en otra ocasión. El fenómeno de las batallas no solo llevo a una juventud a llenar estadios sino a que estos se hagan fanáticos de cada rapero a tal punto de seguirlo en toda las competencias, aprender y cantar cada rima virilizada por You Tube como si fuera una canción, algo que está mal visto dentro de la cultura, por el hecho de ser de los factores negativos que lleva el fanatismo por sobre una persona y se pierde el respeto por los demás. Pero todo lo negativo tal vez tenga algo positivo, muchos de esto raperos dejaron sus carreras en las batallas para enfocarse en lo musical, más precisamente el Trap, género oriundo de los Estados Unidos. La gran mayoría al tener reconocimiento en este submundo, ya se conoce su nombre en la escena, su identidad y tiene seguidores fieles, por eso el camino a la fama y el éxito tal vez será menos complicado que un don nadie salido de un estudio musical al azar.
Rica y buena historia para contar es el fenómeno de las batallas, le evolución de esta al Trap, etc. Pero ustedes pensaran por qué se pasa del tango a hablar de jóvenes que se juntan en la plaza y se insultan ingeniosamente mientras otro gritan «Ooooh» y «Uuuuhh», al término de cada rima, como si fuera un estadio de fútbol. Sucede que esto desencadena en una de la caras del Trap argentino, Ysy A, también conocido como Alejo, uno de los responsables del fenómeno de la batallas, creador del Quinto Escalón, la competencia de plaza más grande de la historia. En aquel entonces, con tan solo 13 años un joven del barrio de Caballito llevaba su idea de crear una torneo a unos escalones del tan emblemático Parque Rivadavia, en el corazón de la ciudad y así comenzar con una de las tantas locuras de este ambiente que marcara esta época. El Ysy como lo conocen sus fans, hoy en día junto a Duki, Paulo Londra y Wos, es un emblema de este género y muchos ellos son de aquella cantera, del famoso quinto. «Pastel con Nutella», «Vamo a Darle» y «Vuelta a la luna» son sus grandes éxitos, un artista que se diferencia de los otros, por no solo hacer Trap en su estado puro sino que experimentar con Funk, Reggaetón, Rock, Punk, Rap, Soul y House. También se destaca por sus letras y sus extrañas metáforas. Hace algunos días saco su nuevo sencillo, “Traje unos tangos” y como si fuera poco, pudo adaptarse a la base del genero emblemático porteño, demostrando así que es uno de los líderes de la escena local, con un rapeado excelente sobre la base de una combinación de Tango y Trap. Con un vídeo donde representa al típico tanguero de los años 30 tomando un licor en alguna cafetería de Buenos Aires, Alejo nos cuenta un poco de su amada ciudad, dejando frases como «Voy perdido por San Martín sin dirección» tal vez hablando de la avenida de su exbarrio, «Buenos aires me vio nacer a mí y los que hice de mi sangre», referencia a su hijo y, “En un 2×4 mecha cortado y quedamos hipnotizados” haciendo alusión a los pasos emblemáticos del tango y remata con un “Que nos mire mal toda esa gente afuera, beba, ¿Quién nos quita lo bailado?» Mítica frase argentina. ¿Es Ysy un Artista que le es fiel a la temática del este genero ? Claro que sí, relata lo que vive y sus deseos. ¿Qué pensaría Gardel de este tema?, ¿Le habría querido hacer un remix? No lo sabremos. Lo que sabemos es que en esta canción, el Trap, Buenos Aires, la juventud y el tango, por un momento, fueron de la mano, en tiempos alterados.
Santiago Umbides
2° «B» T.N.