Colón de Santa Fe transita tiempos contradictorios: mientras en la Superliga se codea con los puestos de descenso, consecuencia de haber logrado apenas cinco victorias en los últimos 30 cotejos (contando la Copa de la Superliga), en la Copa Sudamericana logra su mejor actuación histórica alcanzando las semifinales.
La falta de regularidad por parte de los equipos argentinos, perseguida-y condicionada- por la incipiente necesidad de conseguir resultados, es una constante de la cual Colón no escapa y, por el contrario, es un fiel reflejo de esta realidad. Lejos de encontrar una idea o funcionamiento que lo identifique, le ha acostado horrores obtener victorias en el torneo local y ante ello, el certamen internacional ha servido de salvoconducto para calmar los ánimos, y por qué no, aunque luzca contradictorio, ilusionarse, al mismo tiempo, con soñar en grande.
Lo cierto es que, el Sabalero, tras el contundente triunfo por 4-0 frente a Zulia de Venezuela por los cuartos de final, misma instancia en la que quedó eliminado el Independiente de Sebastián Becaccece, es el único equipo argentino que permanece en pie en la Sudamericana, metiéndose de lleno entre los cuatro mejores. Es la segunda vez en la historia que llega a la semifinal de una competencia internacional: la primera vez había sido en la Copa Conmebol 1997, cuando perdió ante Lanús, que finalmente saldría campeón.
En la noche del martes, ya con la serenidad de saberse semifinalista, Colón puso la mira en su próximo-y último- obstáculo de cara a una presunta final: Atlético Mineiro. El conjunto brasileño se impuso en los dos partidos ante La Equidad de Colombia, clasificándose por primera vez a semifinales luego de siete participaciones en la competición.
Además de conocer a su rival, el conjunto de Pablo Lavallén, quien tambalea en el cargo y necesita de resultados inmediatos, ya cuenta con las fechas en las que deberá enfrentarse al equipo de Belo Horizonte: el partido de ida será el jueves 19 de septiembre, en Santa Fe, mientras que la vuelta se disputará con una semana de posterioridad, el jueves 26, en Brasil. Acceder a una final puede, indudablemente, marcar un punto de quiebre en la mentalidad del equipo y su entrenador, quien manifestó: “más allá de lo que se diga, nosotros trabajamos para ganar y tiramos todos para el mismo lado. Hay material, yo estoy a muerte con este equipo y eso es lo que me da energía”.
Marcos Carena 2°B, Turno Tarde.