La tetracampeona mundial Pilar Geijo es la última campeona de la Capri Napoli y en una entrevista con Pirámide Invertida relata sus sensaciones sobre su reciente título mundial. Además fue premiada como Personalidad Destacada del Deporte por la Legislatura Porteña, estudia periodismo deportivo y realiza tareas sociales.
–¿Cómo empezó todo? ¿Por qué te decidiste por las aguas abiertas?
-Aprendí a nadar desde los 6 años. Al principio fue por un tema de seguridad, para aprender a nadar, hasta que fui perfeccionando los estilos y a partir de ahí no pare. Probé con aguas abiertas a los 13 años, yo iba a Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires, que es un club en donde nadaba Alfredo Camarero, quien fue muy famoso en los `50 por las aguas abiertas porque fue campeón del mundo varias veces y de alguna manera siempre escuchaba todas sus anécdotas. Estaba influenciada un poco por él y por eso fue que empecé a nadar en aguas abiertas. Recuerdo que mi primera carrera fue en San Antonio de Areco. Fue una carrera corta, habrán sido 1 km de 15 o 20 minutos. Después seguí con piletas porque también me iba muy bien, luego en piletas de aguas abiertas y fue ahí que me orienté solamente en aguas abiertas, ya a los 20 años.
¿Qué sensaciones te dejaron tu logro en la Capri Napoli?
Para mí fue un sueño ganar esta competencia. Lo conseguí en 2011 por primera vez, que fue la primera carrera que gané, y siempre parece muy difícil poder repetir otro título. La sensación que me quedó es muy linda, se dio todo perfecto, el nivel es altísimo y la realidad es que tampoco estaba fácil ganarlo porque la competencia era muy buena, había nadadoras con mucha experiencia. Fue un buen cierre de año.
¿Sos consciente de todo lo que lograste?
-Sí, sobre todo cuando voy creciendo y cuanto más madura voy siendo sé que ganar es mucho más difícil de lo que es, pero a la vez intento que ganar me resulte normal. Cuando estás en un nivel muy alto no está mal que ganar te resulte normal o que creas que ganar te resulta normal porque justamente es no concientizarlo del todo: hacer algo que es muy difícil y transformarlo en algo normal.
¿Qué sentiste cuando te reconocieron Personalidad Destacada del Deporte?
-No lo esperaba. Estaba muy contenta porque es el reconocimiento de tu ciudad y para mí fue un premio distinto a lo que es un premio Olimpia o un premio Clarín; este fue muy especial porque me lo otorgó la gente del lugar en donde una nació y eso para mí es muy valioso.
¿Por qué optaste por dejar el ciclo olímpico?
-Mi especialidad es nadar en instancias largas. La de un Juego Olímpico son de 10 km. y eso hice hasta el 2008. Fui a dos Juegos Panamericanos, fui a undiales, competí en el Pre Olímpico en Beijing, pero elegí a hacer lo que me gustaba que son las distancias largas, además me siento mejor y me divierte. Las instancias largas se mantiene lo que son las aguas abiertas original, que era unir un punto con otro, una ciudad con otra ciudad y nadar. Yo siempre digo que en este último tiempo en los Juegos Olímpicos se perdió mucho del espíritu de las aguas abiertas, lo que es la tradición de la especialidad. En los Juegos cada vez hacen más vueltas en lugares donde no hay olas y yo me especialicé en lo que mejor me iba, que son las carreras más largas.
Llegaste a nadar en aguas con muy bajas temperaturas. ¿Cómo es la preparación física y mental para meterte al agua en esas condiciones?
-En lo físico no lo padecí tanto, tengo la suerte de tener un cuerpo que se adapta a diferentes circunstancias en el agua. Hay muchos chicos que no lo toleran y suelen abandonarlo, pero por suerte puedo aguantarlo y nadar muy bien. Las carreras más fuertes para mí son en el agua fría y yo siempre digo que para nadar 7 horas a nivel internacional no se trata sólo de la mente: es mucho entrenamiento, por más que tengas una mente fuerte si no estás preparado físicamente no vas a lograr nadar durante tantas horas.
¿En una carrera mundial cómo te preparás?
Hay mucha planificación. Entreno mucho a doble turno con distancias de 16 km por día; 8 km por la mañana y 8 km por la tarde, hago 3 veces por semana gimnasio más la preparación física. Esto a lo largo de todo el año. Cuando estoy por competir una semana antes siempre bajo un poco los metros y nado un poco menos.
¿Cómo llevas los entrenamientos con tu entrenador Diego Tricárico?
-La verdad que nos llevamos muy bien, hace muchos años que estamos juntos en esto casi 9 años, todos los logros más importantes que tuve los hice junto a él, además él es mi pareja hace ya 11 años y sabe manejarlo muy bien; sabemos separar bien las cosas y quizá no está tanto en la pileta pero si en la planificación. En la pileta trabajo con asistentes, no es que compartimos todo el tiempo juntos.
Además de la natación estudias periodismo deportivo. ¿Cómo te organizas con el estudio y los entrenamientos?
-Sí, estoy en segundo año en Periodismo Deportivo, estudio en River. En su momento había estudiado para contador público y me quedó la práctica de estudiar bastante más. El periodismo es menos cantidad de material bibliográfico; es más práctico y de alguna manera todo el aprendizaje que obtuve cuando estudié para contador público, que era mucho más pesado, me sirvió para saber organizarme y administrar el tiempo.
Además de estudiar le dedicás tiempo a la ayuda social. ¿Cómo surgió eso?
Lo de la ayuda social es a través de la empresa Weber. Yo elijo un lugar que quiero ayudar y trabajamos para eso. En este caso elegí varios lugares y entre ellos hay una escuela especial para chicos con autismo en Paraná, en donde refaccionamos las paredes, los pisos y donamos materiales.
Por Javier Insarrualde y Maximiliano Panissa