Hace 37 años un jugador de Huracán, tuvo que dejar de hacer lo que mas le apasionaba, por tener que ir a defender la soberanía de unas islas muy lejanas a su pensamiento, a su vida pero que pertenecían a su país y se las querían quitar. Ésto no era un juego como el estaba acostumbrado hacer todos los fines de semana con la pelota. Esto era una guerra y no de equipos. Aquí existía una verdadera rivalidad, aquí dejo de jugar Omar de Felippe y comenzó a transitar la peor pesadilla de su vida.
Omar, como el resto de sus compañeros quedaron marcados de por vida por este acontecimiento. Recién pudo hablar con los periodistas de sus tristes, audaces e heroicos momentos vividos en las Malvinas en 1998, cuando sus heridas parecían cicatrizare aun que nunca se curaran totalmente.
El actual técnico pudo contar detalladamente a la revista El Gráfico, que está a punto de cumplir 100 años, momentos tan importantes y dolorosos de su historia. Hoy parece mentira que cuando su vida pintaba de colores de triunfos en un pequeño instante cambio de repente, tuvo que ir a la guerra siendo un joven que lo único que quería hacer era jugar a la pelota.
Las anécdotas relatadas por De Felippe fueron impactantes, demostraron el terror que vivió junto a sus compañeros al verse con un arma en la mano, sin saber usarla. El contó que todos querían huir de esa situación, y que muchos soldados utilizaban estrategias sorprendentes para hacerlo. Con lágrimas en sus ojos revivió el momento en cual sus camaradas se herían apropósito con sus propias armas para que los manden de regreso a sus hogares: » Al principio, algunos pibes se herían a propósito, para volver a casa. Cuando estaban limpiando las armas, se pegaban un tiro en un pie. Decías que se te había escapado y te volvías. Cuando lo empezaron a hacer demasiados, los jefes se avivaron y dijeron, bueno, en adelante por más heridos que estén se quedan igual. Yo, por supuesto, nunca lo hubiera hecho».
Nuestro valiente jugador dejo en claro en su entrevista que mas allá del miedo sentido en una absurda lucha, que mas allá del gran dolor sentido al ver tus compañeros caídos, todo esto sirvió; y dejo en claro una pequeña frase con un profundo sentido que decía: «Si para algo sirvió, te diría, es para no aflojar nunca».
Omar De Felippe, hermano; esposo; compañero y soldado de la patria no aflojo nunca. Hizo terapia con buenos profesionales, estuvo apoyado por amigos, familiares y el club. Siguió su vida y hoy técnico de fútbol. Nunca aflojo.
Valentín Fabrichini 2A Turno Mañana