Luego de que la Copa del Mundo de vóleibol se haya disputado de manera conjunta entre Italia y Bulgaria este año, la máxima cita mundialista tendrá lugar dentro de cuatro años en Rusia, que ya supo ser sede en dos oportunidades.
La pelota ya tiene su destino asegurado. Claro está, las ilusiones de los argentinos van a tener que esperar bastante tiempo para que se lleven a cabo. Luego de haber hecho un Mundial irregular en este 2018 en donde quedó en la quinceava posición entre 26 equipos, los argentinos se quedaron con un gusto agridulce. Pero, sin embargo,el seleccionado nacional se pudo dar el lujo de haberle ganado en la fase de grupos a Polonia, la campeona del mundo en 2014 y nuevamente en esta edición.
Este acontecimiento deportivo, que se desarrolló desde el 9 al 30 de septiembre del corriente año, determinó que Polonia (campeón reinante) se posicionara en la segunda colocación de la tabla histórica de ganadores de la máxima competición de voley, contabilizando también el del 78 en México, teniendo así tres Mundiales, al igual que Italia y Brasil, que consiguieron la gloria máxima de forma consecutiva. El primero dominó la década del 90 al ganar en dicho año, y luego en el 94 y en el 98, para después ceder el trono a los sudamericanos en el 2002, 2006 y 2010. Pero si se habla de liderato, Rusia, el próximo anfitrión, es el más ganador de todos al tener seis mundiales en su palmarés al obtenerlo en el 49, 52, 60, 62, 78 y 82.
En cuanto a la decisión sobre la próxima sede se llevó adelante en Cancún, México. El presidente de la FIVB (Federación Internacional de Vóleibol), el brasileño Ary Graça, comentó que “se determinó por unanimidad que la candidatura rusa era la mejor para el desarrollo global del vóleibol”. Rusia, quien no gana un Mundial desde 1982, se quedó igualmente la medalla de oro en Londres 2012 y es una potencia mundial de este deporte. Es que las dos veces que tal país organizó esta competencia, ambas siendo todavía URSS, obtuvo la corona.
Sin embargo, los rusos tuvieron que cumplir una dura sanción de tres años determinada por la AMA (Agencia Mundial de Antidopaje) debido a que se comprobó que varios de los atletas del país compitieron bajo el efecto de alguna sustancia en los Juegos Olímpicos de Invierno de Sochi 2014, de los cuales, además, 14 de dichos atletas culminaron los Juegos como medallistas. Es por ello que la AMA sancionó a RUSADA (Agencia Rusa Antidopaje) en noviembre de 2015 por violar las reglas de la entidad. Todo esto salió a la luz debido a un documental en Alemania de la ARD llamado ‘Dossier secreto dopaje’: ‘cómo fabrica Rusia a sus ganadores’, donde se denunciaba el dopaje sistemático de los atletas rusos y el encubrimiento de los controles. Además, proporcionó grabaciones secretas y declaraciones de testigos para respaldar las acusaciones.
Antes de cumplir esa sanción, los integrantes de la comisión directiva de la AMA en septiembre de este año, le dieron el visto bueno a Rusia (en una votación de 9 a favor, 2 en contra y 1 abstención ) para que se habilitara nuevamente a la RUSADA, y además, pudiera organizar algún acontecimiento mundial como lo es el la Copa del Mundo de vóley.
Argentina irá con las esperanzas renovadas al tener en la dirección técnica por seis años a Marcelo Méndez, quien ya había acordado su vínculo en mayo de este año para cuando Julio Velasco dejara el cargo. Lo curioso es que el entrenador hará su trabajo de modo «part time», debido a que a la vez, estará junto a su Sada Cruzeiro de Brasil, con el que ya acumula nueve temporadas y nada menos que 31 títulos. Un dato no menor es que también dirigió a la selección de España, a River Plate, y a Montes Claros de Brasil, entre otros equipos. Pero, la selección argentina tiene un condimento especial para Mendez: «Esperé toda mi vida este desafío. Todo entrenador quiere alguna vez dirigir al seleccionado de su país. Siento una gran responsabilidad mantener a la Argentina siempre en lo más alto del vóleibol mundial», aseguró.
Sin duda alguna, cualquier argentino que escuche y vea el trabajo del flamante DT del seleccionado, tiene con que ilusionarse y soñar, porqué no, con la primera coronación de Argentina en la edición número 20 del Mundial de vóleibol.
Autor: Enzo Ferrara, Segundo año B, turno mañana