Con la llegada de los Juegos Olímpicos de la Juventud a la ciudad de Buenos Aires, el gobierno porteño aprovechó para implementar un programa que involucró a todos los colegios públicos de la ciudad para que puedan acercarse a ver los diferentes deportes que se presentaron en los parques olímpicos. El plan fue promovido durante todo el año, en la antesala de los Juegos, con visitas de la mascota oficial y diferentes deportistas olímpicos a las escuelas de la ciudad.
Se dividió a las escuelas según el distrito en el que hayan estado inscritas. Es decir, al parque olímpico ubicado en Villa Soldati fueron los colegios que son de la zona. El principal objetivo del programa era que los chicos pudieran comenzar a practicar distintos deportes. Como parte de esta iniciativa también hubo contacto con los atletas argentinos y extranjeros que hayan participado en estos Juegos o que tengan experiencia en los Juegos Olímpicos de mayores, en donde muchas veces los deportistas contestaban preguntas de los alumnos o jugaban entre sí.
Una de las actividades que se hacían en los parques era la “iniciación deportiva”, en la que se practicaba el deporte de una manera recreativa y de forma adaptada, con los especialistas. El impacto que tuvieron muchas disciplinas provocó varias inscripciones, como por ejemplo el beach handball (deporte furor de los juegos), para el que la propia Confederación Argentina de Handball dispuso un mail para anotarse.
“El Gobierno de la Ciudad tenía un plan llamado ‘la escuela va a los juegos’, por el cual se invitaba a diferentes escuelas de la Ciudad de Buenos Aires. Mandaban a los chicos en un micro con un cartel para poder acceder a estacionar en los distintos parques. Se le daba una pulsera a cada alumno, como los que tenían las personas que iban a ver los juegos, y un voluntario que hacía de guía turística por dentro del parque. Cuando terminaban le daban un agua, un jugo, un alfajor y etc”, comentó Pilar, quien fue voluntaria en los Juegos, sobre cómo era el procedimiento que tenían cuando venía un colegio. “Lo único que se nos dificultaba era el ingreso a los estadios porque nadie previó esta cantidad de espectadores. Por lo que muchas veces los chicos no podían ver el deporte furor y tenían que ir a ver otros menores, pero igualmente quedaban encantados”, agregó.
Se espera que este impacto que tuvieron los Juegos amplíe la cantidad de chicos y jóvenes para las inscripciones a deportes que en Argentina no son populares. “Espero que los chicos puedan comenzar a practicar más deportes y sobre todo que tengan una mayor accesibilidad, porque muchos de ellos vienen de barrios carenciados y se les dificulta acercarse a un club o pagar una cuota”, comentó Mariana, maestra de cuarto grado de la escuela “Honorable Congreso de la Nación” N°5, que estaba en el parque verde observando voley playa durante la finales por medallas.
Felipe Vittola