Los juegos sudamericanos llegaron a su fin y la delegación argentina terminó cuarta, al igual que en 2014, con la misma cantidad de medallas obtenidas: 42 de oro, 60 de plata y 63 de bronce.
A pesar de los buenos resultados obtenidos, los atletas locales siguen estando en deuda a la hora de competir en el más alto nivel de Juegos Olímpicos o campeonatos mundiales. Eso es algo que históricamente ha costado, ya que a nivel de infraestructura las grandes potencias deportivas del mundo como Estados Unidos, por ejemplo, reclutan a los mejores atletas del país en las diferentes disciplinas; desde una edad muy temprana, comienzan a trabajar con ellos para que puedan explotar sus habilidades en los años futuros.
Algo que a nuestros atletas se les dificulta mucho, ya que no cuentan en la mayoría de los casos con los recursos o apoyo de diferentes entidades y/o sponsors. Al mismo tiempo, se han mejorado varios aspectos. Tanto es así que un importante número de deportistas que nos representaron en estos juegos recibieron un apoyo económico para poder entrenar, e incluso para poder participar de los Juegos Sudamericanos.
Es de esperar que lo obtenido en esta competencia sirva como punto de partida para mejorar las condiciones en las que entrenan nuestros atletas y que también sirva para aprender de los errores cometidos en el pasado y por fin dar un paso hacia adelante en el desarrollo del deporte de nuestro país.