El río Paraná es la ruta que se utiliza para pasar mercadería de forma ilegal y drogas a Argentina, desde Paraguay, más precisamente desde Los Credrales hasta Puerto Iguazú. Estas operaciones manejadas por adolescentes suelen darse constantemente; la última vez que fueron avistados se encontraban 7 hombres y mujeres, portando armas de fuego, y un handy para comunicarse con su receptor ubicado en la costa.
Los denominados “paseros” se benefician con un gran negocio, ya que al cruzar la línea imaginaria que divide ambos países los presiones de la mercancía cambian. El contrabando de cigarrillo es lo más habitual, en Argentina los cigarrillos pagan 70% de impuestos, en Paraguay solo el 15%. El precio de la cocaína cambia abruptamente; 1 kilo vale 40 mil pesos, pero al llegar a Buenos Aires el valor pasar a ser de 160 mil pesos.
El subsecretario de Control y Vigilancia de Fronteras del Ministerio de Seguridad de la Nación, Matías Lobos, diálogo con Infobae al respecto. “No nos sorprende porque es la realidad cotidiana sobre la que estamos al tanto todo el tiempo, esa zona es lo que llamamos la zona caliente de la frontera», dijo con respecto a los disparos efectuados hacia un drone de un periodista del medio, con el cual se registraba la escena. «Por la agresividad que mostró esta gente, manifiesta claramente que están en una situación de contrabando», agregó, por la forma en la que se ingresa droga y mercadería al país de manera ilegal.
Las operaciones son conocidas como “contrabando hormiga”, las cuales se hacen varias veces al día, donde se transporta mercancía a baja escala, en pequeñas cantidades, envueltas en bolsas de consorcio hasta llegar a su destino en la costa argentina donde se escoden los productos. Al tomar mayores riesgos en algunas transacciones, se utilizan vehículos como lanchas o botes. Si bien el modus operandi es tal, para el narcotráfico se hace en menores cantidades; esto no se traduce en ser un crimen menor, ya que comúnmente las cargas son acumuladas para terminar llenando camiones enteros o son destinadas a centros de ocapio. Se deduce que con cada kilo de droga que ingresa a la frontera, se abastecen entre 10 y 15 vendedores, ya que se divide en una red de distribución minorista, para que estos mismos la repartan en las ciudades. “Muchas veces estos pequeños cargamentos van hacia centros de acopio y de ahí a una red paralela de comercialización donde no son pequeños emprendimientos los que están en juego”, comentó el subsecretario Lobos.
A comienzos del mes de mayo, en Misiones, prefectura confiscó 3 toneladas de marihuana, en dos operativos llevados a cabo en las localidades de Puerto Rico y Puerto Iguazú, en ambas situaciones los cargamentos estaban escondidos a la espera de ser recogidos. Las tareas de inteligencia, y los seguimientos por meses de las fuerzas federales, dan sus frutos cuando los apuntados son los “paseros” o los mismo centros de ocapio ubicados a lo largo de la frontera. «Hemos tenido enfrentamientos armados, prefectura ha estado esperándolos en la costa», explicó Lobos en Infobae.
En marzo se realizó un operativo a cargo de la Agrupación Albatros, en el cual se necesitó de un helicóptero, una lancha táctica Clase Toro y motos de agua, además de apoyo terrestre. Unos minutos bastaron para rodearlos y reducir a los “paseros”. El prefecto Prado fue el encargado del operativo, consiente de la importancia destacó: «Siempre se trabaja con hipótesis de máxima, porque estamos hablando de contrabando de estupefacientes, de narcotráfico, de organizaciones criminales».
Este año la cifra estadística de secuestró de marihuana en Argentina es récord, ya que superó las 37 toneladas, un número histórico.
Gabriel Cuello