Desde el Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (CENARD), la karateca Giuliana Novak dialogó con Pirámide Invertida y contó sus sensaciones de cara al próximo Panamericano que se realizará en Chile; su vida personal fuera del deporte, y uno de sus máximos sueños: clasificar y llegar al podio en los Juegos Olímpicos en Tokio 2020.
La verdadera fuerza no reside en los brazos, si no en el espíritu, en las ganas de triunfar más allá del sustento o las trabas en el camino. Y a la cima, solo llega quien se propone superarse a sí mismo. Estas justificaciones son propias de Rocky Balboa, el ídolo ficticio de «Giuli», que motivó a la oriunda de Córdoba a tratar de llegar lo más lejos posible en esta disciplina de artes marciales y a nunca bajar los brazos.
Se inició desde muy chica. Con tan solo 3 años ya seguía los pasos de su padre, Eduardo Novak, quien se convirtió en su maestro durante su carrera. Cumplido los 12, integró el seleccionado argentino de karate, lugar que mantuvo hasta la actualidad. Como logro más destacado, tiene en sus vitrinas una medalla de oro en los Panamericanos de Río 2016, donde se convirtió en la primera mujer argentina en ser campeona panamericana.
Si bien uno de sus objetivos máximos es lograr una medalla en los próximos Juegos Olímpicos, no se desvía de los objetivos más próximos, ya que desde hace una semana se entrena en el CENARD, preparándose para el Campeonato Panamericano Chile 2018, que se realizará del 11 al 17 de junio. «Estamos en fase preparatoria y entreno doble turno. Nos centramos tanto en la parte física y técnica, sin descuidar lo psicológico, para poder llegar con todo de cara a lo que se viene», se presenta.
-En la previa del Panamericano de Chile ¿Como ves aquel logro en 2016 cuando obtuviste la medalla de oro, hoy dos años después?
-Fue algo histórico en el país. Ninguna mujer lo había podido lograr hasta aquel entonces. Para mí fue poder cumplir un sueño y obviamente, busco lograr repetirlo. Quiero volver a salir campeona panamericana y demostrar que el karate femenino en la Argentina tiene nivel y que puede posicionarse entre los mejores a nivel continental.
-Si bien faltan dos años, en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 se añadirá el karate como parte del programa. ¿Cuánto repercute en vos esta oportunidad de poder disputar un juego?
-Y está todo un poco complicado. Al ser un deporte nuevo, tuvieron que agrupar ciertas categorías, por ende van a ser menor la cantidad de competidores que van a poder estar. Pero sí, es un sueño clasificar a un Juego Olímpico y ni hablar de ganar alguna medalla para la Argentina.
-¿Todo se complica más al tener en cuenta que el karate es un deporte amateur?
-Sí, totalmente. Si bien contamos con el apoyo del Enard y la Secretaria de Deportes de la Nación y de cada una de las provincias, todavía falta que el karate logre la popularidad que tienen otros deportes en la Argentina. También, pienso que es nuestra responsabilidad como atleta ganar cosas para aumentar la fama del deporte, como pasa en todos los casos, que siempre después de salir campeones logra repercusión e incentiva a la gente a involucrarse más. Y también el apoyo de los medios es fundamental para que se conozca y para nosotros, que nos sirve para seguir creciendo.
-¿Haces otra cosa para solventar gastos, viajes y demás?
-Por suerte, puedo dedicarme el 100% al karate. Además, estoy estudiando el profesorado de educación física, solo me quedan algunas materias para recibirme. También doy clases a chicos menores de 12 años.
-¿Tuviste algún ídolo de ficción o karateca destacado que influyó en algunos aspectos de tu carrera para dedicarte a las artes marciales?
-Si (sonríe). Me gustaba mucho Rocky, aunque el no era karateca, pero dejaba muchas enseñanzas. Pero creo que todos los que aman las artes marciales, empezamos viendo Karate Kid (risas).
-¿En tus tiempos libres que te gusta hacer?
-Me gusta mucho bailar. Busco videos en Youtube de salsa, zumba, cosas así, movidas, y me pongo a bailar.