El gremio de Camioneros realizó una importante medida de fuerza el viernes pasado, para reclamar una suba salarial de 42 por ciento y la eliminación del Impuesto a las Ganancias. Pablo Moyano indicó que la decisión de darla por finalizada luego de varias horas de suspenso obedeció a que se cumplió la huelga anunciada y aclaró que hasta entonces no había recibido la notificación que dictó el Ministerio de Trabajo.
La huelga incluyó bloqueos a las terminales de combustibles, lo que derivó en faltantes en las estaciones de servicio. En las grandes ciudades se habían formado largas filas para cargar nafta y se multiplicaban los casos en los que ya se había agotado la existencia.
El paro puso en vilo el suministro de cara al fin de semana. Y aunque la Cámara de Expendedores de Combustibles auguraba que no habría problemas, las consecuencias se comenzaban a sentir.
«Cerca del 70 por ciento de las estaciones de servicio del área metropolitana de Buenos Aires ya no contaban con combustibles en sus tanques», según estimó el presidente de la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines (Cecha), Carlos Gold.
Moyano ratificó las demandas. Y adelantó con seguridad que otras ramas de transporte copiarían la medida de fuerza en los próximos días. Entre ellas, mencionó el transporte de caudales y el de alimentos. Además, el de la recolección de residuos, una amenaza contra la higiene en la ciudad.