Emanuel Ginóbili inició su décimosexta temporada con los Spurs. Con 40 años, el mejor basquetbolista argentino de la historia, comenzó el camino hacia su quinto anillo de la NBA con un rendimiento notable.
El cuerpo no responde igual. Tantos años al máximo nivel, tiene sus contras, pero la cabeza va a otra velocidad. El amor por el deporte que demuestra Manu año tras año, es incomparable. El mundo del básquetbol se rinde a sus pies. Las grandes figuras del deporte se desarman en elogios para el argentino. No es uno más en la cancha, no es el “viejito”, su alma sigue siendo joven y así lo demuestra en cada oportunidad. Tras el debut en la temporada 2017-18 declaró: “Me duele todo. Jugué 20 minutos y siento que fueron 40”. Es claro que el esfuerzo que hace para aportar lo mejor de él, es demasiado pero le alcanza y le sobra para estar a la altura de las circunstancias, para ser la mano derecha de Gregg Popovich, entrenador de San Antonio Spurs.
Cuando termino la temporada 2016-17 dejó a todos en vilo. Nadie sabía si volvería a las canchas, si estaría este año peleando el titulo como tiene acostumbrados a todos quienes lo siguen, lo admiran o lo idolatran. No solo renovó su contrato, sino que también lo amplió por dos años. El mismo hombre que cuando llegó a la franquicia texana dijo que no creía que pueda entrenarlo, fue quien terminó de convencer al bahiense de poner la firma: “No quiero que se retire nunca, pienso usarlo hasta la última gota, como si fuera una barra de jabón, y no quede nada, ni para su familia. Lo exprimiré hasta el final”, declaraba en marzo de este año Popovich. Y para terminar de alabarlo dijo que “merece estar en el Salón de la Fama de la NBA”, una muestra muy clara de su admiración.
Cuatro anillos, múltiple medallista olímpico. Campeón con Argentina y parte indispensable de la Generación Dorada. Esto es Ginóbili. Para muchos el mejor atleta argentino de la historia. Un ejemplo de perseverancia, de coraje, de amor por lo que hace y de cómo exprimir el talento al máximo. Históricos basquetbolistas como Kobe Bryant también dieron su opinión acerca del argentino. “Es un jugador muy inteligente. Sabe cómo jugar en todo, sabe tirar, driblear, tirar, defender. Es un fenómeno”, declaró el escolta, hoy retirado de la actividad. Pero no fue el único. El entrenador de los Golden State Warriors, Steve Kerr aseguró: “Manu estará en el Salón de la Fama. Es uno de los grandes jugadores de toda la historia de la NBA. Tiene un estilo único y cambió la manera de jugar de muchos jugadores”. Sería en vano seguir enumerando todas las declaraciones de los representantes del mundo del básquetbol. Nadie discute su capacidad, al contrario todos lo admiran. Por su juego, por su talento pero por su compañerismo y humildad sobre todas las cosas.
Esta nueva etapa recién comienza y los amantes de este deporte desean seguir viendo brillar a los Spurs de la mano de Manu. Quince temporadas seguidas en playoff que pueden convertirse en dieciséis. El camino es largo pero nunca sabemos que esperar de este fenómeno del deporte mundial. Ojalá siga dejando caras de asombro en sus compañeros, en sus rivales, en los fanáticos. Para algunos es, incluso, más grande que Maradona, Fangio y Messi, entre otros. Como Manu no habrá dos, nunca.
Patricio Pallero, 2° B, turno mañana.