El domingo 10 de septiembre de 2017 fue una jornada histórica para el fútbol mundial: por primera vez una mujer arbitró un encuentro en Europa. Bibiana Steinhaus, de Alemania, dirigió en una de las grandes Ligas del viejo continente, la Bundesliga, en el empate uno a uno entre Hertha Berlín y Werder Bremen.
“Me llaman árbitro por cómo lo hago, no porque sea una mujer. Eso marca una gran diferencia. Simplemente hago lo que me gusta. Me alegra en cualquier caso si puedo ser un ejemplo para muchas jóvenes o incluso una pionera que ayude a avanzar en la igualdad de derechos», declaró esta semana Bibiana.
¿Hay posibilidad de que esto vaya creciendo? ¿Se podrá dar en otras partes del mundo? En Argentina: ¿Seríamos capaces de poder admitir que una mujer dirija en una cancha de primera división, dejando de lado la cuestión de que siempre ha sido una profesión relacionada al hombre?
Siempre estuvo presente la duda de si es en Argentina o en Latinoamérica, o si esta situación es parte de una matriz global. ¿La discriminación se da solo en el fútbol, o también corremos por el mismo camino en otros deportes como en el básquet o en el boxeo?
La sociedad tiene arraigado desde hace más de dos milenios el lugar de la mujer, acompañando o realizando tareas que parecieran ser acordes a su género.No son sólo los hombres los que ubican en ese lugar a la mujer, muchas veces son ellas mismas las que se colocan allí, cuando se decide adaptar profesiones que históricamente están emparentadas con el hombre.
Como dice Salome Di Iorio, árbitro argentina: “Fue una cuestión de rebeldía, no pensaba en dirigir, nunca lo había tomado como una salida laboral, lo hice en ese momento únicamente porque mi opinión como mujer era descalificada, y ahí decidí hacer el curso para demostrar que nosotras también podemos hacerlo”.
Se trata de dejar abierta la posibilidad de discusión, de poder empezar a analizar entre nosotros y nosotras, si realmente se cree que es un espacio de convivencia, de aceptación al otro/a, sin pensar en el género con el cual estamos identificados/as.
Hay una frase de Bibiana que resume todo: igualdad de derechos, “ser mujer no te imposibilita a tener una buena visión del juego o de una pelea, o saber cómo marcar una falta o no, o tener la capacidad de adquirir la misma cantidad de conceptos. Lo cultural nos sigue moldeando en la vida cotidiana, y aunque se crea que avanzamos, el camino es duro y con obstáculos. A más de 100 años que se practican estos deportes, recién hace un mes que una mujer dirigió por primera vez en una liga de elite”.
Desde hace años que esto es una tendencia prácticamente global: las mujeres ya no se limitan a realizar las labores que han hecho tradicionalmente y con las que siempre se las relacionó. Hoy han legitimado su derecho a realizar cualquier labor que haría un hombre por defecto, y el arbitraje en el deporte no escapa a ello.
El rol de la mujer cambió, ya no es la clásica mujer que se quedaba en la casa haciendo los quehaceres, mientras el hombre era el que salía a trabajar para traer el dinero al hogar. La familia también cambió: con la aparición de los divorcios, y con su consecuente aprobación social (la cual llevó varios años), la mujer tuvo que reinventarse: si no hay un hombre que traiga el dinero, ellas tienen que crear ese dinero. La mujer de hoy trabaja e incluso es jefa de familia en muchos hogares, algo impensado hasta hace unos años atrás. Incluso llega a ser jefa de familia en hogares donde el hombre sigue estando presente, es decir, es jefa de familia allí donde no se ha pasado por una separación o divorcio.
Las árbitros Salome Di Iorio (fútbol), Agostina Mansilla ( básquet) y Analía Maradona (boxeo), cuentan su experiencia
El caso de Bibiana Steinhaus es una muestra más de este avance que se produce a nivel global, donde la mujer cada vez se va equiparando más con respecto al hombre. Como dijo Bibiana, el camino es largo y con obstáculos, pero es posible transitarlo y llegar al final.
Una producción especial de: Martin Casafu, Abril Perez Hourcade, Monica Moran, Alberto Macri, Rodrigo Diz, Ignacio Stella, Federico Ilian, Juan Ignacio Basile, Sebastian Fabbri, Ruben Telias y Florencia Galaratti