A poco más de dos meses para el comienzo de los Juegos Olímpicos de Río 2016, uno de los deportes que siempre puede traer alguna alegría a la Argentina es el boxeo. El seleccionado nacional amateur dirigido por el uruguayo Julio García será conformado por: Yamil Peralta, Alberto Melián, Fernando Martínez, Alberto Palmetta e Ignacio Perrín. La disciplina que más medallas aportó a lo largo de la historia, con 24, pesar de todo parece inoxidable y esta vez aportará cinco atletas que tratarán de llevar a lo más alto un deporte cada vez más en decadencia.
Decadencia que fue in crescendo desde hace tiempo, ya que de esas 24 preseas conseguidas, solo una, la de Pablo Chacón en Atlanta 1996, fue conseguida desde 1968 para acá. Una gota de agua en el desierto.
Hay que viajar al pasado para encontrar en los buenos viejos tiempos resultados importantes. El boxeo ya se anotó en el medallero olímpico en los primeros juegos en los que Argentina obtuvo medallas, allá por 1924 y mantuvo esta tendencia ininterrumpida hasta el bronce de Mario Guilloti en México 1968.
Durante esos dorados años, con campeones mundiales de la talla de Carlos Monzón o Nicolino Locche o figuras que no lograron el máximo título como “Ringo” Bonavena, se destacó el único pugilista que logró ser campeón olímpico y mundial. El mendocino Pascual Pérez, sin las luces de aquellos, es considerado por muchos conocedores como el más grande de todos los tiempos, obtuvo la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Londres en 1948 y en 1954, y como profesional, consiguió el cinturón mundial en tierras niponas.
El boxeo aportó al deporte argentino siete medallas de oro, siete de plata y diez de bronce. La última dorada fue la mencionada anteriormente obtenida por “Pascualito” en 1948. Ha pasado mucho tiempo pero el boxeo no tira la toalla y a pesar de contar con un futuro incierto, para estos juegos contará con muy buenos exponentes que buscarán devolver la gloria que este deporte supo tener y dar un golpe a la historia.