Empieza el sube y baja de emociones. La expectativa crece, se ven más camisetas en la calle y el periodismo no habla de otra cosa. Es que, si bien es un partido que no define de manera tajante proyectos a futuro, no deja de ser el clásico por excelencia de nuestro fútbol.
River llega muy exigido en varios sentidos al juego del domingo. Porque no ha demostrado un fútbol que llene a los hinchas ni a su técnico, con actuaciones bastante flojas y muchos silbidos. Sin embargo, sólo perdió con Estudiantes y los restantes malos rendimientos quedaron en apatía futbolística. Además, viene físicamente forzado debido a los partidos internacionales, como el de esta semana en Quito, que empató 2-2 con Independiente del Valle. Las semanas de River no suelen ser completas para el descanso, y en la altura ecuatoriana se vio una gran entrega y un posible agotamiento físico.
Si bien el año para los de Núñez es largo y recién arranca, los silbidos resuenan en cada rincón del club. Con los gastos que hizo y la jerarquía de su técnico, no podrá darse el lujo de seguir regalando terreno. Sabe que tiene una chance interna importantísima para levantar de una vez por todas y demostrar para qué está. Marcelo Gallardo tendrá a casi todos a disposición, menos a Paulo Díaz, desgarrado. Enzo Pérez, Martínez Quarta, Montiel y Acuña no jugaron por la Copa y se entiende que serán titulares ante el Xeneize.
Con suplentes, River reaccionó y se llevó un empate muy valioso de cara al Superclásico, guardando toda la carne al asador para este partido.
Boca está primero en su zona, y desde que quedó eliminado de la Libertadores en la fase previa, solo perdió ante Newell’s en Rosario. Tiene semanas completas de trabajo, y se le han visto momentos de al menos una idea futbolística bien plasmada. El segundo tiempo ante Estudiantes en la última fecha, donde convirtió los dos goles del triunfo, fue tal vez de lo mejor del ciclo Gago.
Con un año solo de competencias nacionales, la decepción de estar afuera de la máxima internacional y el Mundial de Clubes aún lejos, el clásico se presenta como una obligación. No tienen excusas los de la Ribera y la Bombonera ya lo hizo saber: “El domingo cueste lo que cueste, el domingo tenemos que ganar”. Cavani no está disponible por un desgarro y Zenón está en duda por una molestia. Lo del uruguayo da a debate de diván: un semestre alejado del gol y con situaciones insólitas erradas, justo cuando viene la gran posibilidad, se la pierde.
Es un clásico que no define título, ni siquiera lugar de relevancia en la tabla de posiciones. Probablemente no sea un fin de ciclo para ningún técnico, a pesar de la lupa que tiene Gago encima de manera constante. Pero es el Superclásico del fútbol argentino, que despierta lo más profundo del sentir y paraliza el país. Todos estarán pendientes del match, sin importar lo que ocurra. En el Monumental habrá 85.000 personas esperando hacer una fiesta para el local, y fuera habrá miles de ambos lados haciendo magia hasta con los famosos cuernitos. No será de definición, pero la importancia se le sale por los poros.
El último antecedente en el Monumental.
Posibles formaciones
River: Armani; Montiel, Martínez Quarta, Pezzella, Acuña; Pérez, Castaño, Galoppo; Mastantuono, Driussi, Colidio.
DT: Marcelo Gallardo
Boca: Marchesín; Advíncula, Battaglia, Rojo, Blanco; Belmonte, Delgado, Zenón, Palacios; Giménez, Merentiel o Zeballos.
DT: Fernando Gago
El último clásico, fue para el «Millonario», que se impuso con suplentes en La Bombonera.
Historial
Boca aventaja a River por 5 partidos en el historial: 92 triunfos contra 87, con 84 empates.
En el Monumental, los Millonarios lideran 45 a 37.
El último Superclásico fue el 21 de septiembre de 2024, cuando un River suplente se impuso de visitante 1-0 con gol de Lanzini. En Núñez, jugaron por última vez el 25 de febrero de 2024, con empate 1-1 (goles de Solari y Medina). Previamente, River ganó en mayo de 2023 con el polémico penal de Borja, mientras que Boca festejó en 2022 con gol de Villa.
Nota hecha por: Ivan Cinti y Tiziano Frasette.